Reducir la anestesia durante la cirugía disminuye los gases de efecto invernadero sin perjudicar al paciente

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Publicado: martes, 31 enero 2023 7:29

MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los anestesiólogos pueden desempeñar un papel en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global mediante la disminución de la cantidad de gas anestésico suministrado durante los procedimientos sin comprometer la atención al paciente, sugiere una nueva investigación que se presenta en la Sociedad Americana de Anestesiólogos ADVANCE 2023.

Se calcula que los anestésicos inhalados utilizados durante la anestesia general son responsables de entre el 0,01% y el 0,10% de la emisión total mundial equivalente de dióxido de carbono. Por ejemplo, una hora de cirugía utilizando el anestésico inhalado desflurano equivale a conducir hasta 750 kilómetros, según un estudio. El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero que atrapa el calor en la atmósfera de la Tierra, contribuyendo al calentamiento global.

"El calentamiento global afecta cada vez más a nuestra vida cotidiana, y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero se ha convertido en algo crucial --afirma el doctor Mohamed Fayed, autor principal del estudio y residente principal de anestesia en Henry Ford Health de Detroit (Estados Unidos)--. Por pequeño que sea cada efecto, se irá sumando. Como anestesiólogos, podemos contribuir significativamente a esta causa haciendo pequeños cambios en nuestra práctica diaria -como reducir el flujo de gas anestésico- sin afectar a la atención al paciente", asegura.

Aunque la mayoría de los procedimientos de anestesia general requieren un elevado flujo de gas fresco (FGF) al principio y al final del procedimiento para conseguir rápidamente el efecto deseado, es seguro y eficaz reducir el flujo durante el resto del procedimiento, señala el doctor Fayed.

Como parte de la iniciativa para reducir el FGF en general, los investigadores informaron a los anestesiólogos de su centro sobre las ventajas de reducir el flujo de gas anestésico durante el procedimiento, mediante presentaciones departamentales, artículos en boletines, carteles colocados en las áreas de trabajo y correos electrónicos. También retiraron el desflurano de sus quirófanos porque produce las emisiones de dióxido de carbono más significativas de entre los anestésicos inhalados existentes.

En el estudio de más de 13.000 pacientes, los autores fijaron como objetivo un FGF medio de 3 litros por minuto (L/min) o menos para los procedimientos. En marzo de 2021, antes de la intervención, los autores determinaron que la FGF era de 5-6 L/min en muchos casos, y solo el 65% de los casos alcanzaba una FGF de 3 L/min o menos. En julio de 2021, registraron una FGF media de 3 L/min o menos en el 93% de los casos. Los investigadores pretenden ahora reducir la FGF a menos de 2 L/min en todo el sistema.

La iniciativa forma parte de un proyecto de mejora de la calidad denominado Multicenter Perioperative Outcome Group, en el que participan más de 60 consultas de anestesia. El objetivo final es medir la huella de carbono real de los residuos de agentes anestésicos en cada caso quirúrgico, explica el doctor Fayed, pero eso requerirá modificaciones y costes significativos.

Los anestésicos inhalados, como el desflurano, el sevoflurano y el isoflurano, se administran a través de una mascarilla durante la anestesia general para que los pacientes estén inconscientes durante una operación importante, como una operación a corazón abierto. Otro anestésico inhalado, el óxido nitroso, se administra a veces durante el parto o en intervenciones dentales.

Los anestésicos inhalados no se utilizan en pacientes sometidos a sedación, que suele emplearse en procedimientos mínimamente invasivos, como las colonoscopias. Tampoco se utiliza durante la anestesia regional, que se emplea en partos o cirugías de brazo, pierna o abdomen y adormece sólo una parte del cuerpo, permaneciendo el paciente consciente.

"Durante mucho tiempo se tuvo la idea de que el efecto invernadero causado en los centros sanitarios era un coste inevitable e ineludible de la atención al paciente --apunta el doctor Fayed--, pero hemos aprendido que reducir el flujo de gases anestésicos es una de las muchas formas en que la atención sanitaria puede disminuir su contribución a la crisis del calentamiento global, junto con la reducción de residuos, el apagado de luces y equipos cuando no se utilizan y el cuestionamiento de los hábitos de la práctica, siempre que no comprometan la atención al paciente".