MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio realizado por la Universidad Estatal de Washington (EEUU) en personas sin hogar ha revelado que la reducción del consumo del alcohol también puede reducir el consumo de otras sustancias, ya que los participantes que recibieron tratamiento de reducción de daños establecieron objetivos de satisfacer las necesidades básicas y mejorar la calidad de vida, muy por encima de dejar el alcohol y otras sustancias.
Sin embargo, los hallazgos, publicados en el 'Journal of Addiction Medicine', revelan que el tratamiento de reducción de daños todavía condujo a un uso más reducido en comparación con un grupo de control que recibió servicios regulares. El estudio se realizó sobre 308 personas sin hogar.
"Es un buen recordatorio de que todas las personas tienen los mismos objetivos básicos: todos queremos estar más seguros, saludables y felices, y cuando ayudamos a las personas sin hogar a alcanzar esos objetivos, es posible que terminen haciendo las cosas que los proveedores de tratamiento quieren que hagan", afirma la profesora de psicología de la Universidad Estatal de Washington y autora principal del estudio, Susan Collins.
Asimismo, la autora remarca que las personas sin hogar "podrían terminar reduciendo el uso de alcohol o terminar renunciando, pero es en sus propios términos y en su propio cronograma, por lo que es más sostenible".
Collins y el primer autor Nicki Mostofi analizaron datos de un estudio clínico anterior centrado en la reducción de daños y el consumo de alcohol. Ese estudio involucró a personas con trastorno por consumo de alcohol de tres refugios para personas sin hogar de Seattle (Estados Unidos) que se dividieron en diferentes grupos: uno recibió solo tratamiento de reducción de daños, otro tratamiento con naltrexona que reduce los antojos de alcohol y un tercer grupo recibió el tratamiento y un placebo. Un cuarto grupo de control recibió servicios tradicionales.
Ese estudio encontró que los tres grupos de tratamiento de reducción de daños redujeron su consumo de alcohol con la mayor caída entre el grupo que recibió el tratamiento más el medicamento contra las ansias.
Los investigadores notaron que alrededor del 80 por ciento de los participantes informaron sobre el uso de varias sustancias, por lo que volvieron a analizar los datos para el estudio actual. Descubrieron que el cannabis era la sustancia más común que se usaba fuera del alcohol y el tabaco. Los participantes también usaron una amplia gama de otras sustancias, como cocaína, metanfetaminas, MDMA y barbitúricos.
En el seguimiento, los participantes en los grupos de tratamiento de reducción de daños usaron cannabis un 41 por ciento menos de días en un período de 30 días en comparación con el grupo de control. El uso de múltiples sustancias, definido para este estudio como cualquier sustancia fuera del tabaco que se usa al mismo tiempo que el alcohol, también se redujo con los participantes que usaron dos o más sustancias en un 35 por ciento menos de días que el grupo de control.
El análisis no reveló ningún cambio en las sustancias individuales distintas del cannabis, pero cada una de esas sustancias fue consumida por un número relativamente pequeño de personas.
Los investigadores apuntan a la necesidad de una mayor investigación sobre el tratamiento, así como sobre el uso de múltiples sustancias, particularmente entre la población sin hogar.
"Este estudio es realmente importante porque lo que encontramos al trabajar con esta población en particular indica que el tratamiento de reducción de daños puede tener beneficios generales en la remodelación positiva de los patrones de uso de sustancias de una persona", afirma Mostofi, estudiante de medicina de la Universidad de Washington.