MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las altas temperaturas aumentan el estrés oxidativo, favorecen microinflamaciones por esfuerzo y comprometen la recuperación muscular y articular si no se compensa adecuadamente, asegura el experto en medicina preventiva y miembro del comité científico de Longevitas, el doctor Ángel Durántez.
La carga repetida en articulaciones, especialmente en deportistas que entrenan en superficies duras, junto con la sudoración excesiva y una menor atención a la nutrición diaria, pueden ser "un cóctel perfecto" para la inflamación crónica de bajo grado, señala una revisión de estudios del laboratorio Longevitas. Así, el exfutbolista Aitor Ocio advierte de que "el cuerpo tiene memoria", y añade que "cada entrenamiento, cada lesión, cada descanso mal gestionado queda registrado. En verano es fácil bajar la guardia. Pero si no te recuperas bien, lo pagas en otoño".
Por eso, una hidratación adecuada es "esencial" para mantener la integridad estructural de las articulaciones y los tejidos circundantes, ya que la deshidratación puede provocar un aumento de la rigidez y una reducción de la flexibilidad de los tejidos conjuntivos, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones durante las actividades físicas, asegura una investigación publicada en 'European Journal of Sports & Exercise Science'.
Además, en el caso de los deportistas profesionales, la deshidratación también se relaciona con dolor en las articulaciones y los músculos, lo que ralentiza el ritmo de curación y aumenta las probabilidades de sufrir lesiones, indica un trabajo en 'The therapist'.
En este sentido, para frenar la inflamación, Longevitas recomienda la suplementación con resolvinas (SPMs), un agente lipídico especializado. Según este laboratorio, un trabajo publicado en la revista 'Nutrients' analiza cómo los SPMs derivados de omega-3 pueden acelerar la reparación muscular tras el daño inducido por el ejercicio, destacando su papel en la resolución activa de la inflamación.
"No hay que bloquear la inflamación como si fuera un enemigo, sino acompañar su resolución natural", asegura Ocio. Frente al uso de antiinflamatorios clásicos que enmascaran el dolor sin resolver el origen, el exfutbolista apuesta por moléculas que facilitan la resolución endógena.
VITAMINAS D Y K2 Y MAGNESIO PARA LA SALUD METABÓLICA
Aitor Ocio destaca el papel del entorno metabólico: sin una base adecuada de micronutrientes, el cuerpo no puede reparar ni adaptarse con eficacia.
En este sentido, Longevitas apunta que, en verano, la exposición solar no siempre garantiza niveles óptimos de vitamina D, especialmente en deportistas que entrenan a primera o última hora del día. La vitamina D3 modula la respuesta inflamatoria, regula la función inmunitaria y protege el hueso. La K2, por su parte, dirige el calcio hacia el tejido óseo y evita su acumulación en arterias y articulaciones. Y el magnesio bisglicinato, con alta absorción y buena tolerancia digestiva, sostiene la función muscular, previene calambres y facilita la síntesis de energía, informa el laboratorio.