MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
La hipertensión arterial no es solo un número elevado en el tensiómetro: es uno de los principales factores de riesgo para sufrir infartos, ictus e insuficiencia cardíaca. Sin embargo, combatirla no siempre requiere grandes sacrificios ni rutinas extremas.
A veces, el gesto más simple —como caminar un poco más cada día— puede convertirse en un verdadero salvavidas. Porque cuando se trata de cuidar el corazón, cada paso cuenta... y más de lo que imaginamos.
LO MEJOR: CAMINAR MÁS LEJOS Y MÁS RÁPIDO
Caminar más lejos y más rápido está relacionado con un menor riesgo de ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular en personas con presión arterial alta, según un estudio realizado por investigadores australianos, publicado este jueves por la Sociedad Europea de Cardiología.
El estudio, que ha analizado datos de más de 36.000 personas con presión arterial alta, ha demostrado que dar más pasos, incluso por debajo del objetivo diario recomendado de 10.000 pasos, y caminar más rápido, se asocia con una reducción significativa del riesgo de sufrir problemas importantes del corazón y los vasos sanguíneos.
El estudio, publicado en el 'European Journal of Preventive Cardiology', reveló que, en comparación con un recuento diario de 2.300 pasos, cada 1.000 pasos adicionales se asoció con una reducción del 17% en el riesgo de desarrollar un evento cardiovascular adverso mayor (MACE), hasta 10.000 pasos. Los pasos adicionales por encima de 10.000 se asociaron con un menor riesgo de accidente cerebrovascular.
Aproximadamente 1.280 millones de personas en todo el mundo padecen hipertensión arterial, lo que aumenta su riesgo de padecer enfermedades cardíacas (49%), accidentes cerebrovasculares (62%) e insuficiencia cardíaca (77-89%). Hasta ahora, no se ha determinado con certeza cuánto deben aumentar su actividad física las personas con hipertensión para reducir el riesgo de eventos adversos cardiovasculares graves (EAC).
"Este estudio es uno de los primeros en demostrar una relación dosis-respuesta entre el recuento diario de pasos y problemas graves del corazón y los vasos sanguíneos. En resumen, descubrimos que, si se vive con hipertensión arterial, cuanto más se camina con mayor intensidad, menor es el riesgo de sufrir futuros eventos cardiovasculares graves", señala el profesor Emmanuel Stamatakis, director del Centro de Investigación de Dispositivos Portátiles Mackenzie de la Universidad de Sídney (Australia), quien supervisó el estudio.
"Estos hallazgos respaldan el mensaje de que cualquier cantidad de actividad física es beneficiosa, incluso por debajo del objetivo diario ampliamente recomendado de 10.000 pasos", añade.
DATOS OBTENIDOS DE 32.192 PERSONAS
El estudio analizó datos obtenidos de 32.192 personas que participaron en un subestudio del estudio UK Biobank. Se les había diagnosticado hipertensión arterial y aceptaron usar un acelerómetro en la muñeca durante siete días consecutivos para medir la distancia y la velocidad de sus caminatas. Los datos de los acelerómetros se recopilaron entre 2013 y 2015.
La edad promedio fue de 64 años y se realizó un seguimiento de los participantes durante casi ocho años, lo que proporcionó a los investigadores datos de 283.001 personas al año. Durante este tiempo, se registraron 1.935 casos de problemas cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
HASTA UNA 242% MENOS DE RIESGO DE ICTUS
Además de una reducción del 17% en el riesgo general por cada 1.000 pasos adicionales al día, los investigadores encontraron una reducción del 22% en la insuficiencia cardíaca, del 9% en el riesgo de infarto y del 24% en el riesgo de accidente cerebrovascular.
Esto significa que cada aumento de 1.000 pasos al día se asoció con una reducción media del riesgo absoluto de MACE de 31,5 eventos por cada 10.000 personas al año; una reducción media del riesgo absoluto de 7,2 eventos de insuficiencia cardíaca por cada 10.000 personas al año; una reducción media del riesgo absoluto de 9,9 infartos de miocardio (ataques cardíacos) por cada 10.000 personas al año; y una reducción media del riesgo absoluto de 10,4 accidentes cerebrovasculares por cada 10.000 personas al año.
La intensidad promedio (media) de los 30 minutos de caminata más rápida al día fue de 80 pasos por minuto, lo que se asoció con una reducción del 30% en el riesgo de eventos adversos cardiovasculares graves (MACE). No se observó evidencia de daño en personas cuyos 30 minutos de caminata o carrera más rápida superaron los 130 pasos por minuto.
OBTUVIERON RESULTADOS SIMILARES EN PERSONAS SIN HIPERTENSIÓN
Los investigadores obtuvieron resultados similares al analizar a 37.350 personas sin hipertensión. Cada aumento de 1.000 pasos en el recuento diario de pasos resultó en una reducción promedio del riesgo de eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE), insuficiencia cardíaca, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares del 20,2%, 23,2%, 17,9% y 24,6%, respectivamente.
"Nuestros hallazgos ofrecen a los pacientes objetivos accesibles y medibles para la salud cardíaca, incluso por debajo de los 10 000 pasos diarios. Los profesionales sanitarios deben promover la actividad física como parte de la atención habitual, especialmente en pacientes con hipertensión arterial. Nuestros resultados pueden servir de base para nuevas recomendaciones de salud pública adaptadas a estos pacientes. Las futuras recomendaciones sobre la marcha en personas con hipertensión arterial podrían considerar promover una mayor intensidad de marcha", explica el profesor Stamatakis.
Los puntos fuertes del estudio incluyen el gran número de pacientes, el uso de acelerómetros para proporcionar información detallada sobre el número de pasos y la velocidad, y el uso de datos de registros nacionales de Inglaterra, Gales y Escocia sobre muertes y causas de muerte. Las limitaciones incluyen el hecho de que la actividad física se midió solo cuando las personas se unieron por primera vez al estudio y no incluyó ningún cambio posterior en el comportamiento.
Además, los investigadores señalan que sus hallazgos solo pueden mostrar que existe una asociación entre caminar más lejos y más rápido y mejores resultados de salud, no que cause estos mejores resultados. Sin embargo, realizaron análisis exhaustivos para minimizar el riesgo de lo que se denomina "causalidad inversa" (en la que, en este caso, los problemas de salud podrían estar causando tanto una reducción en la actividad física como un aumento en los eventos de enfermedades cardíacas).