MADRID 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
Realizar ejercicios de fuerza tras sufrir un infarto reduce la mortalidad y mejora la calidad de vida de los pacientes, según ha asegurado la responsable de la Unidad de Epidemiología Clínica e Investigación del Hospital Universitario Donostia (País Vasco), la doctora Emparanza.
La experta se ha pronunciado así en el marco del I Curso de Actualización en Entrenamiento de Fuerza, organizado por la Sociedad Vasca de Medicina del Deporte (EKIME) con la colaboración de la Fundación de Estudios Sanitarios y la Diputación Foral de Guipúzcoa.
Según ha explicado, estos ejercicios, que se realizan con pesas, utilizando el peso del propio cuerpo o mediante aparatos, también consiguen descender los niveles de colesterol en personas con hipercolesterolemia y reducir la presión arterial.
En cuanto a su relación con el cáncer, ha apostillado, se están realizando estudios que demuestran que cuanta más fuerza tiene una persona, menos probabilidades tiene de desarrollar un cáncer y de morir por esta causa.
Respecto a las personas mayores, el director y catedrático del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra, Mikel Izquierdo, ha asegurado que las personas de entre 60 y 70 años que han participado en un programa de cuatro meses de entrenamiento para el desarrollo de la fuerza y masa muscular recuperaron la capacidad funcional y potencia muscular de veinte años antes, es decir, que se encontraban como a los 40 años.
Además, ha concluido el especialista, el ejercicio físico, sobre todo el entrenamiento de la fuerza, retrasa la discapacidad y reduce las caídas, el deterioro cognitivo y la depresión.