BARCELONA, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigación liderado por el Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC) ha desarrollado una tecnología pionera que permite producir organoides renales humanos de manera escalable, combinarlos con riñones de cerdo fuera del cuerpo y trasplantarlos de nuevo al mismo animal, evaluando su viabilidad después del trasplante.
Publicado en la revista 'Nature Biomedical Engineering', "representa un hito en el campo de la medicina regenerativa y personalizada" y se ha hecho en colaboración con el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC) y grupos de investigación internacionales, informa el IBEC este viernes en un comunicado.
Este trabajo, liderado por la actual consellera de Investigación y Universidades de la Generalitat, Núria Montserrat, cuando era investigadora principal en el IBEC, es el resultado de "una trayectoria científica de más de una década dedicada a la medicina regenerativa y a la bioingeniería de órganos".
El equipo de investigación ha conseguido combinar por primera vez organoides renales humanos con riñones porcinos vivos, conectados a máquinas de perfusión normotérmica.
El uso de estos dispositivos, utilizados habitualmente en el quirófano para mantener el órgano vivo y oxigenado fuera del cuerpo antes de un trasplante, ha permitido insertar organoides humanos dentro de los riñones porcinos y monitorear en tiempo real su integración y función.
COMBINACIÓN DE TECNOLOGÍAS
Montserrat ha explicado que esta investigación demuestra que la combinación de tecnologías de organoides y perfusión 'ex vivo' puede "permitir intervenciones celulares en condiciones totalmente controladas".
"El objetivo a largo plazo es poder regenerar o reparar un órgano antes del trasplante. Esto podría reducir el tiempo de espera de los pacientes crónicos y aumentar el número de órganos viables para el trasplante", añade.
ORGANOIDE
Un organoide de riñón es una estructura tridimensional, de unas micras de tamaño, cultivada en el laboratorio a partir de células madre humanas y, aunque no es un órgano completo, "reproduce muchas de sus estructuras y funciones principales" y permite estudiar cómo se desarrolla el riñón.
El nuevo método permite generar miles de organoides renales en condiciones controladas y en poco tiempo, con una gran precisión y sin necesidad de componentes complejos, lo que "abre la puerta a aplicaciones como la detección de fármacos o el estudio de enfermedades".
El uso de estas máquinas "permite medir parámetros fisiológicos del órgano en tiempo real y detectar cualquier signo de daño o rechazo" y el equipo observó que, después de 24 y 48 horas del trasplante, los organoides humanos persistían integrados en el tejido renal porcino, mantenían su viabilidad y no desencadenaban ninguna respuesta inmune significativa.
Según los autores, esta metodología permite imaginar un escenario clínico en el que los órganos destinados al trasplante puedan ser tratados y acondicionados "antes de implantarlos" y alargar su vida útil.