La radioterapia no mejora la supervivencia tras 30 años, según el seguimiento más largo de pacientes de cáncer de mama

Archivo - El Hospital del Mar usa radioterapia intraoperatoria para tratar cáncer de mama
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Publicado: lunes, 21 noviembre 2022 7:17

MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -

La radioterapia después de la cirugía conservadora de la mama junto con la quimioterapia o el tamoxifeno para tratar el cáncer de mama precoz reduce el riesgo de que la enfermedad reaparezca en la misma mama en los diez años siguientes, pero apenas influye en ese riesgo a partir de entonces y tampoco mejora la supervivencia global después de 30 años.

Ian Kunkler, catedrático honorario de Oncología Clínica de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), ha explicado en la 13 Conferencia Europea sobre el Cáncer de Mama, que se celebra en Barcelona, que uno de los seguimientos más largos y actualizados de los ensayos clínicos controlados y aleatorios sobre la terapia conservadora de la mama es probablemente único y proporciona información importante para las supervivientes a largo plazo del cáncer de mama y sus médicos.

"El seguimiento a largo plazo es esencial en los ensayos de cáncer de mama para que podamos comprender el panorama completo --explica--. Estos datos cuestionan la idea de que la radioterapia mejora la supervivencia a largo plazo al prevenir las recidivas del cáncer en la misma mama".

El ensayo escocés de conservación de la mama realizó un seguimiento de 585 pacientes de 70 años o menos durante 30 años. Tras el diagnóstico de un cáncer de mama precoz, fueron tratadas con una cirugía conservadora de la mama, seguida de una terapia sistémica, como la quimioterapia o el fármaco tamoxifeno, dependiendo de si el cáncer estaba provocado por la hormona estrógeno. También se les asignó aleatoriamente la posibilidad de recibir o no radioterapia tras la cirugía.

Diez años después de la radioterapia, la recidiva de la enfermedad en la misma mama (conocida como recidiva locorregional o recidiva ipsilateral del tumor mamario') se redujo significativamente en más de un 60% en las mujeres que habían sido asignadas al azar para recibir radioterapia en comparación con las que no lo habían hecho.

Sin embargo, después de los primeros diez años, el riesgo anual de recidiva era similar en ambos grupos, al igual que la supervivencia global: 30 años después de su tratamiento, el 24% de las mujeres que recibieron radioterapia seguían vivas, frente al 27,5% de las que no la recibieron.

El profesor Kunkler ha explicado que descubrieron que no hay una mejora a largo plazo en la supervivencia global de las mujeres que reciben radioterapia. "Esto puede deberse a que, aunque la radioterapia puede ayudar a prevenir algunas muertes por cáncer de mama, también puede causar algunas muertes más, sobre todo mucho tiempo después de la radioterapia, por otras causas como enfermedades cardíacas y vasculares", comenta.

"Los beneficios de recibir radioterapia en términos de menos recurrencias locales sólo se acumulan durante los primeros diez años después de la radioterapia --añade--; a partir de entonces, la tasa de recurrencia local es similar tanto si las pacientes recibieron radioterapia como si no".

"Las pacientes con cáncer de mama pueden vivir durante décadas después del tratamiento de la enfermedad --prosigue--. Estos resultados justifican la comparación con otros estudios de diseño similar mediante un seguimiento cuidadoso a largo plazo".

Según apunta, "el seguimiento de los ensayos clínicos aleatorios sobre el cáncer de mama más allá de los diez años suele estar limitado por la escasez de recursos. Los financiadores deben apoyar la recopilación de datos de resultados a largo plazo --recomienda--. Los resultados que presento hoy muestran que tales datos pueden cuestionar los conceptos tradicionales de los beneficios anticancerígenos a largo plazo de la radioterapia".

"Es importante tener en cuenta que cada mujer con cáncer de mama es diferente y tendrá diferentes formas de la enfermedad --subraya--. La decisión de someterse o no a la radioterapia después de la cirugía debe ser tomada por las pacientes y sus médicos tras una cuidadosa discusión, teniendo en cuenta las características individuales de su cáncer de mama y los probables riesgos de recurrencia a largo plazo, tanto dentro como fuera de la mama, y de toxicidad relacionada con el tratamiento".

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