Bebé llorando
DARTMOUTH COLLEGE
Actualizado: lunes, 3 abril 2017 14:49


MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad de Warwick (Reino Unido) han estudiado el llanto de los bebés en varios países para establecer los valores normales de esta acción y han observado que los recién nacidos de Reino Unido o Italia lloran más que los de Alemania o Japón durante sus primeros tres meses de vida.

Así se desprende de los resultados de la investigación que publica en su último número la revista 'Pediatrics', que ha determinado que los niños lloran una media de 2 horas al día durante sus dos primeras semanas y alcanzan su pico de llanto a las seis semanas, con 2 horas y 15 minutos de media. A partir de ahí, la frecuencia baja hasta una hora y 10 minutos en la semana 12.

En este metanálisis de datos recopilaron información de casi 8.700 lactantes de Alemania, Canadá, Dinamarca, Italia, Japón, Países Bajos o Reino Unido.

Pese a los rangos medios de llanto, el estudio identificó que algunos niños apenas lloraban media hora al día mientras que otros, por contra, estaban más de 5 horas al día llorando.

Además, el estudio sirve para ver diferencias por países y los niveles más altos de llanto se observan en Reino Unido, Italia, Canadá y Países Bajos. En cambio, los más bajos se observan en Dinarmaca, Alemania y Japón.

De igual modo, los niveles más altos de cólicos, por los que los menores se pasan llorando al menos tres días por semana, se observan en Reino Unido (28% de los niños de 1-2 semanas), Canadá (34,1% de los niños de 3-4 semanas) e Italia (20,9% de los niños de 8-9 semanas).

En cambio, las tasas de cólico más bajas se registraron en Dinamarca (5,5% a las 3-4 semanas) y Alemania (6,7% a las 3-4 semanas).

Para determinar si un niño estaba llorando más de lo habitual o sufría cólicos los investigadores tuvieron en cuenta los conocidos criterios de Wessel, formulados hace más de 50 años.

"Los bebés ya son muy diferentes por lo que lloran en las primeras semanas de vida. Podemos aprender más de observar las culturas donde hay menos llanto y si esto puede deberse a la crianza de los hijos u otros factores asociados como el embarazo o la genética", ha destacado Dieter Wolke, uno de los autores de este trabajo.

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