SAN SEBASTIÁN, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
Informáticos de la Universidad del País Vasco UPV/EHU trabajan junto a Biodonostia en la búsqueda de marcadores que ayuden a predecir la esclerosis múltiple.
En un comunicado, la citada universidad ha explicado que su grupo de Sistemas Inteligentes, con sede en su Facultad de Informática, trabaja en diversos proyectos relacionados con el uso y aplicación de algoritmos que pueden ayudar a entender mejor ciertas enfermedades, así como a encontrar los biomarcadores relacionados con su diagnóstico y pronóstico.
Cuatro de los miembros del citado grupo de Sistemas Inteligentes, su director, José Antonio Lozano, Borja Calvo, Iñaki Inza y Rubén Armañanzas, este último actualmente enrolado en la Universidad Politécnica de Madrid, colaboran asiduamente con investigadores de Biodonostia, el primer instituto de investigación sanitaria de País Vasco, y cuya sede se inauguró el pasado noviembre.
Según explica Inza, "cuando los investigadores de Biodonostia ven que tienen un problema de búsqueda de biomarcadores, de tratar de hacer un modelo de diagnóstico-pronóstico en base a una gran masa inicial de datos, acuden a nosotros".
Dentro de Biodonostia, son los investigadores del área de neurociencias, liderado por el doctor Adolfo López de Muniain, los que han mostrado mayor interés en las herramientas desarrolladas por estos informáticos de la UPV/EHU.
De este modo, han trabajado conjuntamente en estudios relacionados con el Parkinson, la demencia frontotemporal y la distrofia muscular. Sin embargo, tal y como explica Inza, "por ahora, los frutos más visibles los hemos tenido con la esclerosis múltiple".
"Hemos publicado un artículo en una revista internacional, en la publicación estadounidense 'Public Library of Science', PLoS ONE, en 2009, y hay una patente en marcha entre Osakidetza y la UPV/EHU", ha explicado.
Asimismo, ha destacado que "a quien encuentre los biomarcadores de la esclerosis múltiple le dan el Premio Nobel", para remarcar la dificultad de esta investigación. Calvo ha afirmado que los investigadores de Biodonostia sospechaban que algunas de las moléculas denominadas microRNA podían tener que ver con la esclerosis múltiple, o servir como biomarcadores, por lo que tomaron muestras y analizaron los niveles de expresión.
Fue entonces cuando la bioinformática entró en juego. "Generaron estos datos, nos los pasaron, y nosotros tratamos de construir un modelo clasificatorio que, introduciéndole los niveles de expresión, fuese capaz de predecir si había o no enfermedad, o el estadio de ésta", ha puntualizado.