Pulpa dental: fuente de células madre para tratar enfermedades neuronales

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   BILBAO, 6 May. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio de la UPV/EHU ha demostrado que las células madre extraídas de la pulpa dental humana pueden llegar a transformarse en células de tipo neuronal excitables, y así abrir nuevas vías en el estudio de enfermedades neurodegenerativas o el desarrollo de transplantes autólogos, transplantes que utilizan células madre sanas del propio paciente.

   El hallazgo, que ha sido publicado en la prestigiosa revista 'Stem Cell Research & Therapy', ha mostrado el potencial de estas células de fácil acceso para la ingeniería de tejidos nerviosos.

    "Una neurona adulta no se puede dividir. Cuando la pierdes, la pierdes para siempre. Y al contrario que otros órganos, el cerebro tiene comparativamente una baja capacidad de regeneración natural por su escasa presencia de células madre", afirma Gaskon Ibarretxe, investigador del grupo Signaling Lab de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

   Según ha señalado la UPV/EHU en un comunicado, la comunidad científica busca la manera de obtener neuronas funcionales que se puedan trasplantar para recuperar déficits en patologías neurodegenerativas, traumas cerebrales, ictus, etc. "Pero para que las células trasplantadas en el cerebro puedan ser integradas en un circuito cerebral dañado y sustituir a las neuronas perdidas es necesario que sean capaces realizar impulsos eléctricos", explica el investigador José Ramón Pineda, coautor del estudio e investigador del grupo, de ahí la importancia de demostrar que las células madre de la pulpa dental puedan generar impulsos eléctricos.

    Las células madre tienen la capacidad de dividirse y diferenciarse en diversos tipos de células especializadas. El grupo de investigación de la UPV/EHU ha conseguido células muy parecidas a las neuronas "que consiguen generar impulsos eléctricos iguales que los de las neuronas, a partir de la diferenciación de células madre de la pulpa dental humana, del tejido blando localizado en el interior del diente", afirman.

   El principal hito de este estudio ha sido conseguir "células que muestran excitabilidad funcional y que sintetizan un tipo de neurotransmisor regulador de la actividad neuronal sin haber sido modificadas genéticamente. Las células primarias dentales se han cultivado con factores de diferenciación y se han sometido a estímulos precisos para generar células con actividad electrofisiológica neuronal", señalan los investigadores de Signaling Lab de la UPV/EHU. "Esto nunca se había conseguido", afirman los investigadores.

SIMILARES A LAS NEURONAS INHIBIDORAS

   Los neurotransmisores son sustancias liberadas por las neuronas que pueden enviar señales excitatorias o inhibitorias para que las neuronas generen o no un impulso eléctrico. "Las células que hemos conseguido diferenciar son capaces de sintetizar un neurotransmisor llamado GABA, un tipo de señalización inhibidora que controla que la neurona que la recibe no dispare impulsos eléctricos. Y eso es muy importante porque hay enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Huntington o afecciones como la epilepsia en las que hay una muerte selectiva de ese tipo de células en zonas concretas del cerebro, y una consiguiente hiper-excitabilidad del circuito cerebral", dicen Ibarretxe y Pineda, profesores del Departamento de Biología Celular e Histología de la UPV/EHU.

    Ambos investigadores se muestran muy optimistas al señalar las nuevas vías que se podrán explorar a partir de este hallazgo: "Creemos que estas células podrían llegar a integrarse en un circuito cerebral dañado y podrían sustituir a las neuronas perdidas, podrían reconectarse con las neuronas existentes y regenerar funcionalmente toda la zona perdida".

   A su juicio, este hallazgo propone un enfoque distinto a la terapia celular tradicional aplicada al sistema nervioso, ya que, hasta ahora dicha terapia se ha basado sobre todo en reducir la inflamación, neuroproteger lo que quedaba vivo, pero no reponer lo perdido. "Abre una nueva puerta a la futura medicina personalizada", añaden.

    Es es precisamente el siguiente paso en la investigación, trasplantar estas células en animales vivos y comprobar si se integran en el circuito cerebral y se reconectan con las neuronas del huésped: "Somos conscientes de que estas células deben generar trenes de impulsos eléctricos e integrarse correctamente en un circuito neuronal. Eso todavía no lo hemos logrado", reconocen Ibarretxe y Pineda.

    Los investigadores añaden que estas células tienen una ventaja inherente: "No tienen propensión a generar tumores; al contrario, está probado que son células muy estables y se diferencian mejor que otros tipos de células madre humanas a neuronas".

   "El camino va a ser largo, pero sabemos que va a ser muy prometedor. Creemos que estas células tienen una gran posibilidad de llegar a ser implementadas en la clínica. El hecho de ser trasplantadas en un estadio relativamente inmaduro podría incluso favorecer su plasticidad e integración en circuitos cerebrales ya desarrollados", concluyen.