MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
Perder el 22 por ciento de adherencia en dos años de tratamiento con hormona de crecimiento supone perder entre 2 y 2,5 centímetros de talla adulta, según los resultados del estudio 'ECOS Global', que ha analizado la adherencia y la eficacia a dos años en el tratamiento con hormona del crecimiento.
Se trata de un estudio abierto de fase IV a cinco años, en el que se ha incluido a 95 pacientes, que evalúa la adherencia al tratamiento a través del dispositivo electrónico de administración de la hormona de crecimiento 'Easypod'. Así, por primera vez, se ha cuantificado en centímetros cómo afecta la falta de adherencia al tratamiento en los trastornos del crecimiento. La magnitud del efecto de la adherencia subóptima depende del porcentaje de inyecciones perdidas.
Según sus hallazgos, para un 78 por ciento de adherencia, la pérdida de talla ganada es de 0,34 desviaciones estándar, es decir, aproximadamente 2-2,5 centímetros después de dos años de tratamiento. "La falta de inyecciones programadas tiene un efecto negativo en el crecimiento. Cuantas más dosis se omiten, menos altura se gana en los primeros dos años. Además, es posible que este resultado también sea arrastrado por un efecto en la estatura de los adultos al final del tratamiento", advierte uno de los autores del trabajo, Jan M. Wit, profesor emérito de Pediatría en el Centro Médico Universitario de Leiden (Países Bajos).
Wit ha asegurado que la vigilancia electrónica es la única posible en una situación real. "La respuesta al tratamiento en niños con déficit de esta hormona normalmente muestra un patrón que puede ser caracterizado por una fase inicial de crecimiento de recuperación rápida pero gradualmente decreciente, seguida por una fase de mantenimiento", ha explicado.
Según este experto, la forma de esta curva depende de varios parámetros clínicos conocidos, y probablemente de muchos otros que todavía se desconocen. "Esto significa que el resultado debe tener en cuenta la forma del crecimiento de recuperación, la duración del tratamiento y los parámetros clínicos", ha añadido.
Se estima que uno de cada 10.000 niños puede presentar un déficit de la hormona de crecimiento, un trastorno que cursa con talla baja, como ocurre en el caso de los niños pequeños para su edad gestacional. El primer diagnóstico, realizado por el neonatólogo, se aprecia en el nacimiento, ya que se trata de niños que tienen poca longitud y peso para la edad de gestación.
"Ya a los 4 años, si no han recuperado la altura adecuada, se pueden comenzar a tratar y los resultados son muy buenos. Hay otros niños que nacen con un tamaño normal, pero a lo largo del primer año de vida empiezan a cambiar de percentil de crecimiento y a empeorar por posible deficiencia de la hormona del crecimiento. En estos casos, el diagnóstico no es inmediato porque hay que hacer varias pruebas y se requerirán de uno a seis meses de evaluación para hacer un diagnóstico correcto", explica la jefa de la Unidad de Endocrinología Pediátrica en el Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, María Dolores Rodríguez Arnao.