MONTREAL 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
La pérdida de capacidad mental es un temor compartido por muchos adultos de mediana edad en la actualidad. Ese temor ha resultado en una floreciente industria dedicada a los productos del 'brain training', --compuesto básicamente por juegos como Brain Age, Mindfit o My Brain Trainer--, que en 2007 generaron un negocio de 80 millones de dólares, sólo en Estados Unidos.
La premisa del 'entrenamiento cerebral' es sencilla: los participantes deben completar un serie de ejercicios, tales como cálculo mental, memorización y enigmas que ayudan a incrementar la habilidad cognitiva y previenen ciertos tipos de enfermedades neurodegenerativas. Algunas empresas, como Brain Center International, que produce la gama NeuroActive, promete a sus usuarios habituales que rejuvenecerán diez años en su edad cerebral con tan sólo ocho semanas de uso. Con ese argumento, se vendieron 10.000 copias en la provincia canadiense de Quebec en tan sólo seis meses.
"Según mi experiencia, no hay una investigación científica que demuestre esos resultados de tales programas recreacionales", declaró Sylvie Belleville, profesora de Psicología de la Universidad de Montreal y directora de Investigación del Instituto Universitario de Geriatría de la ciudad canadiense.
De acuerdo con esta experta, los principios de la estimulación intelectual no son falsos, pero su eficiencia no ha sido probada científicamente. Argumenta que el Sudoku o los crucigramas podrían servir del mismo modo a como lo hacen los juegos de 'brain training'.
De momento, existen programas que han sido probados con éxito en el tratamiento de ancianos enfermos de Alzheimer: "Estos programas están basados en estrategias de memoria, y no tienen nada que ver con los ejercicios repetitivos ofrecidos por NeuroActive y otras firmas" manifestó en declaraciones difundidas por la Universidad de Montreal y recogidas por Europa Press.
Mientras los productos de entrenamiento de la memoria pueden ser positivos, Bellevile advierte contra las expectativas irrealistas que se presentan. La publicidad de estos productos "podría levantar falsas esperanzas. Si un usuario no nota una mejoría, podría abandonar su uso y caer eventualmente en una depresión", agregó esta experta.
A su juicio, la mejor manera de mantener activas las funciones cerebrales es desarrollar actividades intelectuales, comer bien, controlar las funciones vasculares --especialmente en caso de diabetea e hipertensión-- y mantenerse físicamente activo.