VALLADOLID 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un psicólogo desarrolla en Valladolid terapias para personas con problemas sensoriales mediante el contacto con caballos y otros equinos, ya que aprovecha las cualidades físico-psíquicas de estos animales para estimular el cerebro de los pacientes y favorece su contacto social.
Así lo ha asegurado el promotor de la iniciativa, Francisco de Asís Palacios, quien ha subrayado que "sólo con verse y tocarse", estas personas pueden comunicarse, "relacionarse" y "salir al exterior", gracias a la estimulación que provocan en la amígdala cerebral.
Por ello, el psicólogo ha recomendado el tratamiento para personas con parálisis cerebral, Síndrome de Down, tetraplejias, autismo o incluso con deficiencias táctiles o visuales, pero también para aquellas "que necesitan mejorar su autoestima" o que sufren estrés postraumático.
En este sentido, "el propio calor del caballo", como ha destacado Palacios en declaraciones a Europa Press, puede "tranquilizar" a la persona que lo acaricia y "darle seguridad". Asimismo, montar al animal puede "ayudar al corazón", puesto que hace que sus latidos se "sincronicen" con los del propio jamelgo, en función del ritmo de camino que lleve, más acelerado al galope y más lento al trote.
Además, en el jinete "intervienen más músculos al cabalgar que si corriera por su propio pie" y, en el caso de las personas afectadas con problemas psicomotrices, permite "potenciar su movilidad".
HABLAR AL CABALLO
Junto a tocar, acariciar los corceles y cabalgar sobre ellos, el psicólogo ha subrayado que poner los aperos al cuadrúpedo y "hasta hablarle" permite que el animal "vea que esa persona es amiga y que no le va a hacer daño", lo que favorecerá toda la relación posterior y, en el caso de la monta, dará "confianza" al paciente "al ver que puede guiarlo y el caballo responde".
Francisco de Asís Palacios ha justificado el empleo de equinos debido a que "no son animales agresivos", una cualidad "común en aquellos como los herbívoros con los ojos colocados más lateralmente", frente a los que los tienen de modo frontal y que "suelen ser más agresivos".
Para evitar riesgos, los ejemplares que se utilizan en las sesiones son previamente seleccionados, para lo que se tiene en cuenta que no sean muy jóvenes --pues son más nerviosos--, que sean experimentados, acompañados a tratar con distintas personas, de carácter tranquilo y con un ritmo de pisada y una fisiología acorde al paciente.
Las sesiones tienen una duración de una hora, ya que por encima de ésta, el paciente "se cansa" y su receptividad sensorial "se satura". Como trabajo previo, se realiza un diagnóstico de la persona, para determinar el tratamiento en función de su dolencia y el tipo de animal.
Al margen de los caballos, ésta equinoterapia se puede realizar también con burros, una especie "más cariñosa" que la anterior, o con ponys para las personas que precisan de animales de menor envergadura por sus dificultades de movilidad.
CANOTERAPIA
No obstante, entre los servicios que ofrece Redefor, empresa en la que desarrolla su actividad Palacios, está la canoterapia, en donde los rocines son sustituidos por perros.
Precisamente, el psicólogo ha achacado la utilización mayoritaria de estas dos especies debido a la "historia común" con el ser humano, la cual "se remonta a miles de años" en los que "el hombre ha cuidado del caballo y éste le ha facilitado sus tareas con su trabajo". Además, ambos son "animales de manada", lo que favorece su convivencia con el ser humano.
En el caso de los autistas, los delfines se convierten también en compañeros de terapia, por "la conexión tan rápida" que establecen sus vibraciones cerebrales con la de las personas.
En Valladolid, estas terapias con equinos y cánidos se imparten en el centro ecuestre 'La Granja', ubicado en el barrio de La Overuela, y cada sesión tiene un coste que oscila, en función del tipo de tratamiento, entre los 35 y los 60 euros, aunque su responsable ha advertido de que los resultados se empiezan a notar "a medio plazo".
La mejora de las capacidades mediante el contacto con caballos se ha extendido por España en los últimos años para mejorar la capacidad de liderazgo de ejecutivos, como desarrolla otra empresa castellanoleonesa con la que Francisco de Asís Palacios colabora, la segoviana Cosico.