MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de investigadores estadounidenses ha examinado si las acciones de otras personas incitan a los individuos a dejar de delinquir o a invertir sus intenciones de delinquir en función del tamaño del grupo de delincuentes.
Los investigadores que estudian la delincuencia reconocen cada vez más que el contexto es importante, es decir, que las acciones, incluida la delincuencia, están determinadas por las personas y los entornos en los que los individuos delinquen.
"El contexto de grupo suele enmarcarse como un incentivo situacional para participar en conductas de riesgo. Pero el contexto social de la toma de decisiones puede ser más complejo, ya que algunos grupos desincentivan la delincuencia", explica Jean McGloin, profesora de criminología y justicia penal de la Universidad de Maryland y líder de esta investigación, que se ha publicado en la revista 'Criminology'.
Estudios anteriores han documentado que los compañeros proporcionan beneficios situacionales, recompensas intrínsecas y cambios en la tolerancia al riesgo, lo que proporciona a los individuos incentivos para delinquir. En este estudio, los investigadores investigaron el umbral de los individuos para optar por no delinquir.
Los autores utilizaron situaciones hipotéticas que recogían las intenciones de los individuos de participar en un delito violento (pelea) y en un delito contra la propiedad (robo). Encuestaron a casi 2.000 estudiantes universitarios de tres grandes universidades públicas que representaban una variedad de etnias y tenían una edad media de 19,4 años.
Los estudiantes leyeron un escenario relacionado con un delito y se les pidió que se imaginaran a sí mismos en la situación. A continuación, se les preguntó si participarían, con una variedad de respuestas posibles según el número de personas que se sumaran. También se pidió a los encuestados que imaginaran su umbral de exclusión y de participación, y se les pidió que explicaran cómo el número de otras personas que participaran en el delito podría afectar a sus decisiones.
El estudio descubrió que los individuos tienen un umbral para optar por no delinquir, un punto en el que revierten su intención inicial de delinquir. El estudio también descubrió que los patrones de los umbrales de exclusión difieren según las situaciones delictivas: los encuestados eran más propensos a declarar umbrales de exclusión cuando respondían a la situación de pelea que a la de robo.
Los investigadores identificaron algunas situaciones en las que el grupo era el desincentivo: situaciones en las que los individuos indicaban que iban a delinquir solos, pero luego cambiaban de opinión cuando otros se unían, lo que los autores consideraron un efecto de bandwagon inverso.
Los investigadores también observaron situaciones en las que las personas respaldaban tanto el efecto bandwagon (es decir, se unían cuando otros lo hacían) como el efecto bandwagon inverso, en el que el grupo promovía y luego disuadía las intenciones de delinquir del mismo individuo.
"Nuestros hallazgos amplían nuestra comprensión de la naturaleza interdependiente de las decisiones de delinquir y sugieren que los que estudian la delincuencia pueden necesitar ser más matizados al discutir cómo el comportamiento delictivo de otros da forma a las decisiones de los individuos", señala Kyle Thomas, profesor asistente de sociología en la Universidad de Colorado Boulder, coautor del estudio.