MADRID 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Hospital Universitario de Berna han probado con éxito un nuevo método de inmunosupresión local que puede suponer una esperanza para quienes están a la espera de un trasplante de manos, ya que podría prevenir los rechazos y reduciría los efectos secundarios asociados a esta medicación.
Cada año se estima que entre 15 y 20 personas en Suiza pierden una mano en un accidente. En estos casos, y siempre que cumplan los requisitos necesarios, el trasplante es la mejor opción, más aún si han perdido las dos manos.
Sin embargo, el principal problema al que se enfrentan estos pacientes, al igual que cualquier otro trasplantado, es que deben tomar medicamentos inmunosupresores para evitar que su organismo acabe rechazando el tejido implantado, con los efectos secundarios y las limitaciones que esto puede conllevar para su calidad de vida.
Para combatirlo, en experimentos de laboratorio con ratones se logró sustituir la inmunosupresión sistémica por un tratamiento local, que afecta únicamente a la extremidad trasplantada.
"Los resultados son muy prometedores, ya que con un único tratamiento se ha logrado prevenir el rechazo", ha explicado la profesora Esther Vögelin, codirectora del Departamento de Cirugía Plástica que ha llevado a cabo el trabajo.
De hecho, de confirmarse los beneficios en humanos esta experta destaca que en el futuro se lograrían también "mejoras significativas" en la calidad de vida de estos pacientes.