Una prueba gustativa predice el resultado de la cirugía sinusal

Actualizado: viernes, 13 noviembre 2015 13:22

    MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Una prueba simple del gusto puede identificar a los pacientes en los que la cirugía sinusal tendrá mucho éxito, según informan expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvaniay el 'Monell Chemical Senses Center', en Estados Unidos, en 'International Forum of Allergy & Rhinology'. El equipo identificó un biomarcador genético --un receptor de sabor amargo-- que prevé mejores resultados tras la operación para los pacientes que se someten a cirugía para la sinusitis crónica.

   Las personas que eran más sensibles a un determinado compuesto amargo dijeron respirar más fácilmente a través de su nariz, tener menos infecciones posteriores y dormir más profundamente seis meses después de la intervención que aquellos que eran menos sensibles, informó el equipo de científicos.

   "La cirugía sinusal se realiza con mucha frecuencia [aproximadamente 550.000 procedimientos/año], ya que ayuda a la gran mayoría de los que sufren sinusitis, pero todavía no entendemos por qué algunas personas tienen una mejora modesta, mientras que otras conseguir una mejora excepcional en sus síntomas", señala el autor principal del estudio, Nithin D. Adappa, profesor asistente de Otorrinolaringología: Cirugía de Cabeza y Cuello en la Escuela de Medicina de Perelman en la Universidad de Pennsylvania.

   "Si pudiéramos predecir el nivel de mejora de cada individuo, basándonos en una diferencia genética innata, contribuiría a establecer las expectativas realistas para nuestros pacientes, lo cual es un factor importante en el asesoramiento sobre la cirugía", añade este experto.

   El biomarcador es el receptor del gusto amargo T2R38. Los receptores del sabor amargo son proteínas que se encuentran en las células gustativas de la lengua, donde protegen contra la ingestión de plantas tóxicas y productos bacterianos. Grupos de entre 50 y 150 células gustativas forman una sola papila gustativa.

   El equipo había demostrado previamente que T2R38 también se encuentra en las células que recubren los conductos de la nariz y los senos paranasales y que contribuye a las defensas naturales contra ciertas bacterias. La presencia del biomarcador fue determinada genéticamente mediante la secuenciación estándar del ADN realizada en 207 pacientes que iban a someterse a una operación sinusal por rinosinusitis crónica.

   También se pidió a los pacientes que degustaran un químico específicamente amargo --pero seguro-- y describieran sus sensaciones. Los pacientes que tenían el biomarcador eran más sensibles al químico amargo que aquellos que no poseían el biomarcador.

   "Este estudio surge de nuestro trabajo anterior que planteaba que las personas con ciertas diferencias innatas en su código genético para T2R38 podrían ser mejores en combatir ciertos tipos de infecciones respiratorias --recuerda el autor principal del estudio, Noam A. Cohen, director de investigación de Rinología en el Departamento de Otorrinolaringología en Penn--. Por lo tanto, nos preguntamos si esta diferencia genética específica, ser capaz de combatir la infección, se correlaciona con el grado de mejoría tras la cirugía. De hecho, eso es precisamente lo que encontramos".

   En conjunto, los dos trabajos sugieren que las personas que son genéticamente más sensibles a ciertos sabores amargos combaten mejor las infecciones del tracto respiratorio superior y si lo están suficiente enfermas para requerir cirugía, mejoran más que los individuos con sistemas menos sensibles.

   "Seguimos aprendiendo que los receptores del gusto sirven para diversas funciones en todo el cuerpo. En este caso, el mismo receptor amargo que responde a un compuesto del sabor amargo en la boca también responde a las sustancias químicas secretadas por las bacterias en las vías respiratorias", apunta la investigadora del estudio Danielle R. Reed, especialista en Genética del Comportamiento en Monell.

   La rinosinusitis crónica interfiere en el drenaje nasal y hace que el moco se acumule, provocando síntomas como dificultad para respirar por la nariz, hinchazón en la cara y alrededor de los ojos, dolor de cabeza y dolor facial. Los pacientes que requieren cirugía para la rinosinusitis crónica tienen peores puntuaciones en relación al dolor físico y el funcionamiento social que quienes sufren de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, insuficiencia cardiaca congestiva o angina de pecho.

   Los pacientes son tratados generalmente con entre cuatro a seis semanas de tratamiento médico con esteroides tópicos y/o sistémicos, irrigación nasosinusal y antibióticos. En los casos que se resisten al tratamiento o la medicación, la cirugía endoscópica sinusal puede ser una opción.

   Para este tipo de intervención, los cirujanos utilizan un endoscopio, un tubo óptico delgado con una luz adjunta, para explorar los senos paranasales del paciente. Entonces, dependiendo de la fuente de la obstrucción, el cirujano utiliza diversos instrumentos para eliminar el tejido que está causando el bloqueo sinusal y agrandar las aberturas para promover el drenaje y la ventilación.

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