MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Intermountain Healthcare Heart Institute, en Salt Lake City (Estados Unidos), investigan los posibles beneficios y riesgos del omega-3, especialmente cuando se trata del riesgo de cáncer de próstata y la salud del corazón, y han comprobado que estos suplementos muestran protección contra la muerte relacionada con enfermedades del corazón, sin riesgo de cáncer de próstata.
El equipo de investigación ha presentado dos nuevos estudios sobre omega-3 en las Sesiones Científicas de la American Heart Association de 2019, que se celebran en Filadelfia. En uno de ellos, identificaron a 87 pacientes que formaban parte del Registro INSPIRE de Intermountain y que habían desarrollado cáncer de próstata. Estos pacientes también fueron evaluados para determinar los niveles plasmáticos de ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA), que son dos ácidos grasos omega-3 comunes.
En comparación con un grupo de control similar de 149 hombres, los investigadores encontraron que los niveles más altos de omega-3 no estaban relacionados con un riesgo elevado de cáncer de próstata.
Viet T. Le, investigador y asistente médico en el Instituto Intermountain Healthcare Heart, señala que emprendieron este estudio a la luz de los hallazgos de un artículo de 2013 del 'Journal of the National Cancer Institute' que sugería un posible vínculo entre los niveles plasmáticos más altos de omega-3 y el desarrollo de cáncer de próstata, algo que se ha debatido desde su publicación.
"Si estoy recomendando omega-3 para que mis pacientes salven sus corazones, quiero asegurarme de que no los estoy poniendo en riesgo de cáncer de próstata --razona--. Nuestro estudio no encontró evidencia de un vínculo entre los dos".
En el segundo estudio presentado en las Sesiones Científicas de la American Heart Association de 2019, los investigadores de Intermountain examinaron a 894 pacientes sometidos a angiografía coronaria (una prueba que muestra cómo fluye la sangre a través de las arterias del corazón).
Estos pacientes no tenían antecedentes de ataque cardíaco o enfermedad coronaria, sin embargo, después de su primer angiograma, alrededor del 40% de esos pacientes tenían enfermedad grave y alrededor del 10% tenían enfermedad de tres vasos, señala Le.
Los investigadores también midieron los niveles plasmáticos de metabolitos omega-3 de los pacientes, incluidos DHA y EPA. Esos pacientes fueron seguidos para ver quién tuvo un ataque cardíaco posterior, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca o quién murió.
Los investigadores encontraron que los pacientes que tenían tasas más altas de metabolitos omega-3 tenían un riesgo menor de tener efectos adversos durante el seguimiento, independientemente de si tenían una enfermedad grave o no en su angiograma inicial.
"Este estudio es importante porque analizamos cómo omega-3 ayuda a los pacientes que ya han desarrollado la enfermedad y sus efectos sobre la supervivencia, tanto para llegar a la primera angiografía que se diagnosticará (frente a tener un ataque cardíaco o peor antes de saberlo). tiene enfermedad cardíaca) y después", apunta Le.
"Si bien una aparente asociación entre los niveles plasmáticos más altos de omega-3 y los hallazgos de enfermedad cardíaca grave en el angiograma inicial podría generar alarmas de que omega-3 no es beneficioso, vivieron para ver a un médico y recibir un diagnóstico --agrega--. Y vimos un vínculo entre los niveles más altos de omega-3 y su tasa de supervivencia a partir de entonces".