MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
La estimulación cerebral para la rehabilitación después de un accidente cerebrovascular no tiene en cuenta la diversidad de lesiones y las características individuales de los cerebros de los pacientes, según han concluido investigadores de la Escuela Superior de Economía de Rusia y del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas en un artículo publicado en la revista 'Frontiers in Neurology'.
Entre las causas más comunes de muerte en todo el mundo, el accidente cerebrovascular ocupa el segundo lugar después del infarto de miocardio (ataque cardíaco). Además, un derrame cerebral también es una enfermedad crónica que deja a los pacientes discapacitados durante muchos años.
En las últimas décadas, los métodos no invasivos de neuromodulación, como la estimulación eléctrica y magnética de varias partes del sistema nervioso, se han utilizado cada vez más para rehabilitar a los pacientes después de un accidente cerebrovascular. La estimulación afecta selectivamente a diferentes partes del cerebro, lo que le permite mejorar funcionalmente la actividad en algunas áreas mientras que suprime procesos no deseados en otras que impiden la restauración de las funciones cerebrales.
Este es un medio prometedor de rehabilitación después de un accidente cerebrovascular. Sin embargo, sus resultados en los pacientes siguen siendo muy variables. Los autores del estudio argumentan que la principal razón de la falta de efectividad en los enfoques de neuromodulación después de un accidente cerebrovascular es una selección inadecuada de pacientes para la aplicación de una técnica de estimulación cerebral en particular.
Según explican, el enfoque actual no tiene en cuenta la diversidad de lesiones después de un accidente cerebrovascular ni la variabilidad de las respuestas individuales a la estimulación cerebral en su conjunto. Los investigadores proponen dos criterios para seleccionar la estrategia de estimulación cerebral óptima. El primero es un análisis de las interacciones entre los hemisferios. Ahora, a todos los pacientes, independientemente de la gravedad de la lesión después de un accidente cerebrovascular, se les ofrece un tratamiento relativamente estándar. Este enfoque se basa en la idea de la competencia interhemisférica.
"Durante mucho tiempo se creyó que cuando un hemisferio es malo, el segundo, en lugar de ayudarlo, lo suprime aún más", explica Maria Nazarova, una de las autoras del artículo. En este sentido, la supresión de la actividad del hemisferio 'no afectado' debería ayudar a restaurar el lado afectado del cerebro. Sin embargo, el hecho es que este esquema particular no funciona en muchos pacientes después de un accidente cerebrovascular.
Al segundo criterio, los científicos lo llaman fenotipo neuronal. Esta es una característica individual de la actividad del cerebro, que es única para cada persona como sus huellas dactilares. Tal fenotipo está determinado, en primer lugar, por la capacidad del cerebro para construir conexiones estructurales y funcionales efectivas entre diferentes áreas (conectividad). Y, en segundo lugar, las características individuales de la dinámica neuronal, incluyendo su capacidad para alcanzar un estado crítico. Este es el estado del sistema neuronal en el que es más plástico y capaz de cambiar.
Solo teniendo en cuenta estos criterios, los autores postulan que los métodos de neuromodulación pueden ser llevados a un nuevo nivel y ser utilizados de manera efectiva en la práctica clínica. "Para ello, es necesario cambiar el paradigma del enfoque universal y seleccionar métodos basados en las características individuales del cerebro de una persona en particular y el curso de su enfermedad", resumen.