MADRID 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California muestra que los programas de cuidado son cinco veces más efectivos que los programas de nutrición para apoyar a niños más inteligentes, no solo más altos, en países de bajos y medianos ingresos.
La investigación, publicada en la revista 'The Lancet Global Health', examinó 75 programas de intervención temprana y sus efectos sobre el crecimiento y el desarrollo cerebral de los niños.
Los investigadores han sabido que una nutrición adecuada durante el embarazo y la infancia mejora ambas condiciones. Pero los niños que crecen en la pobreza enfrentan una variedad de factores de riesgo que podrían gobernar el crecimiento y el desarrollo de manera diferente.
"Nuestro estudio encontró que no podemos centrarnos solo en la nutrición. Otros aspectos del cuidado de la crianza son igual de importantes, si no más, para apoyar cerebros sanos", explica la autora principal Elizabeth Prado, profesora asistente de nutrición en la Universidad de California Davis.
Prado señala que las intervenciones que promueven el cuidado y el aprendizaje, como los padres que juegan juegos, cantan canciones y cuentan historias con sus hijos, tienen efectos mucho mayores en las habilidades cognitivas, las habilidades del lenguaje y el desarrollo motor de los niños.
"Sabíamos que el cuidado de la crianza era importante, pero nos sorprendió lo grandes que eran sus beneficios en comparación con la nutrición y el crecimiento", agrega Leila Larson, una colaboradora principal de la Universidad de Melbourne.
Los programas de salud globales generalmente se centran en prevenir el retraso del crecimiento, cuando los niños no están creciendo en altura como deberían para su edad. El crecimiento atrofiado también se ha asociado con un rendimiento escolar inferior al promedio y puntajes cognitivos.
La asociación ha influido en priorizar una agenda global para promover la nutrición y el crecimiento, apunta el autor principal Anuraj Shankar, del Centro de Medicina Tropical y Salud Global de la Universidad de Oxford. Sin embargo, nuestro verdadero objetivo no es solo que los niños crezcan más altos, sino que alcancen su potencial de desarrollo.
El estudio muestra que eso no sucederá a menos que tengamos como objetivo el cuidado para nutrir a las personas y comunidades prósperas. A nivel mundial, se estima que 156 millones de niños menores de 5 años tienen retraso en el crecimiento y se estima que 250 millones corren el riesgo de no alcanzar su potencial de desarrollo.