Archivo - Mujer con cáncer, deporte, ejercicio - MARVINH/ ISTOCK - Archivo
MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Seguir un tratamiento contra el cáncer puede ser un verdadero desafío, especialmente cuando los efectos secundarios dificultan completar la quimioterapia. Ahora, un programa virtual que combina dieta y ejercicio demuestra que los pacientes pueden mantenerse más fuertes y con menos síntomas durante el tratamiento.
Los primeros resultados del estudio LIFE-L, realizado por la Universidad de Miami, muestran que este enfoque no solo es viable, sino que también puede mejorar la adherencia al tratamiento y la calidad de vida de quienes luchan contra el linfoma.
MANTENERSE FUERTE DURANTE LA QUIMIOTERAPIA
Concretamente el nuevo estudio demuestra que un programa virtual centrado en la dieta y el ejercicio es una estrategia viable para minimizar los efectos secundarios de las terapias contra el cáncer y aumentar la retención en el tratamiento, según expertos de la Universidad de Miami (Estados Unidos).
Los primeros hallazgos del estudio LIFE-L se presentan en nombre del equipo multidisciplinario por la doctora Melissa López, en la reunión anual de la Sociedad Americana de Hematología (ASH) en Orlando (Estados Unidos). López es investigadora postdoctoral asociada en el Laboratorio CRANE del Centro Oncológico Integral Sylvester, perteneciente a la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami.
Los pacientes en tratamiento para el linfoma a menudo experimentan efectos secundarios adversos que pueden ser tan graves que obligan a suspender o retrasar el tratamiento.
Sin embargo, “gran parte del trabajo que se ha realizado en el área de estilo de vida y oncología se ha centrado en la prevención o en la supervivencia después del tratamiento”, insiste López, quien explica que hay una falta significativa de datos sobre cómo el estilo de vida durante el tratamiento puede afectar los resultados del mismo.
RESULTADOS QUE SORPRENDEN AL EQUIPO MÉDICO
Para el ensayo, el equipo de investigación reclutó a 72 personas y recibieron regímenes de quimioterapia combinada estándar de seis ciclos para el linfoma. El objetivo con LIFE-L es demostrar que las intervenciones en el estilo de vida no son solo para la prevención o el postratamiento, sino que pueden marcar una diferencia real durante el tratamiento.
Cuarenta y cuatro de estos pacientes recibieron acceso inmediato a un programa virtual de dieta y ejercicio diseñado para ayudarles a mantener su condición física y reducir la carga de efectos secundarios, de modo que pudieran tolerar el tratamiento oncológico prescrito.
Veintiocho participantes fueron incluidos en un grupo de control en lista de espera para permitir la comparación con el grupo de intervención. El programa incluyó sesiones semanales de coaching en línea con un dietista titulado y un fisiólogo del ejercicio durante la quimioterapia. Las sesiones se adaptaron a las necesidades de cada paciente.
No solo el 81% de los pacientes elegibles se inscribieron en el programa, sino que el equipo de investigación descubrió que las tasas de asistencia eran altas. Las sesiones de dieta tuvieron una asistencia del 86% y las de ejercicio del 81%.
Los participantes del grupo de intervención reportaron tasas más bajas de diversos síntomas, como ansiedad (17% frente al 34% del grupo en lista de espera), depresión (46% frente al 67%), dolor (22% frente al 39%), fatiga (46% frente al 67%) y estreñimiento (17% frente al 25%). Además, los participantes del programa demostraron mayor fuerza de agarre y superaron a los participantes en lista de espera en una serie de pruebas de rendimiento físico.
UN PUENTE ENTRE EL TRATAMIENTO Y EL ESTILO DE VIDA
A medida que avance el estudio, el equipo evaluará si la reducción de la carga del tratamiento mejora la adherencia de los participantes a sus planes de tratamiento. Esto es fundamental, ya que es bien sabido que las interrupciones debidas a efectos secundarios pueden reducir la eficacia de las terapias contra el cáncer.
“Sabemos que, si los pacientes reciben menos del 85% de la quimioterapia prescrita, esto tiene consecuencias para la supervivencia --expone López--. El objetivo es mantener a los pacientes por encima del 85 % y, para ello, deben estar lo suficientemente sanos como para tolerar la dosis prescrita”.
López espera que la presentación de los hallazgos de LIFE-L en la ASH anime a más profesionales clínicos a derivar a sus pacientes a programas de medicina del estilo de vida. Su objetivo es destacar la importancia de la dieta y el ejercicio para los hematólogos-oncólogos, ya que a menudo existe un desconocimiento o falta de conocimiento sobre las recomendaciones disponibles para los pacientes. El programa virtual está diseñado para ayudar a superar esta brecha.