MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
La capacidad para prevenir hipoglucemias es lo que más valoran los profesionales sanitarios españoles de los tratamientos antidiabéticos, tal y como han mostrado los datos del primer estudio en el que se ha preguntado a médicos de familia y endocrinólogos de España sobre sus preferencias por los diferentes beneficios asociados a las terapias para la diabetes de tipo 2.
El trabajo, en el que han participado 221 médicos, ha sido realizado con la colaboración de la compañía de cuidados sanitarios Novo Nordisk y con el apoyo de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE).
En el mismo se muestra que la prevención de las hipoglucemias supera, a juicio de estos profesionales, a otros beneficios como la capacidad del tratamiento para ayudar a controlar el peso, reducir el riesgo cardiovascular, evitar las náuseas, impedir un aumento del uno por ciento de la hemoglobina glicosilada y bajar tanto el número de pinchazos al día como los controles de glucosa en sangre.
"La diabetes sigue creciendo y las hipoglucemias son el principal riesgo que conlleva la convivencia diaria con esta patología. Por ello, hay que informar y formar a los pacientes para que sepan actuar ante una hipoglucemia. Y es que, aún son muchos los que no identifican estos episodios, ya que la mayoría de las hipoglucemias son asintomáticas, y los que sí son conscientes de haber sufrido una hipoglucemia no se lo comunican a su médico en muchas ocasiones. La virtud del buen control de esta enfermedad se encuentra en el término medio, el mejor control posible, evitando hipoglucemias", ha comentado el presidente de FEDE, Andoni Lorenzo.
Y es que, los episodios de hipoglucemia son el principal riesgo que conlleva la convivencia diaria con esta enfermedad. Se estima que los pacientes con diabetes de tipo 1 tienen una media de 1,69 hipoglucemias no severas a la semana, mientras que, en los que la padecen de tipo 2, la frecuencia es de 0,52 episodios semanales.
CONSECUENCIAS DE LAS HIPOGLUCEMIAS
"Una hipoglucemia, especialmente si es grave, genera en el paciente incertidumbre respecto al tratamiento y al pronóstico de la diabetes. Tras sufrirla es crucial que éste sea capaz de adoptar medidas adecuadas, pues, de lo contrario, el riesgo de una nueva hipoglucemia es mayor. Pero cada caso debe individualizarse, dependiendo de la causa y del tratamiento que se recibe. Una medida frecuente es reducir la dosis del fármaco, si esa fue la causa, o cambiarlo por otro si es posible. Otras veces, como en pacientes tratados con insulina, se trata de saber adecuar la administración del fármaco con la alimentación o el ejercicio", ha recalcado el doctor de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y participante en el estudio, Domingo Orozco.
De hecho, las hipoglucemias pueden provocar alteraciones en el organismo: algunas agudas, como visión borrosa, temblores, taquicardias o sensación de hambre, y otras menos llamativas, con lo que el episodio puede pasar desapercibido, como falta de concentración, cefalea, sudoración o mareo. Se consideran graves aquellas hipoglucemias en las que el paciente necesita la asistencia de otras personas y que, si no se atajan solucionan con rapidez, pueden derivar en alteraciones de conciencia y llegar incluso al coma hipoglucémico.
Tras una hipoglucemia no severa las sensaciones más comunes experimentadas por los pacientes son: cansancio y fatiga (67%), menor capacidad de raciocinio (45%), malestar general (42%), decaimiento (36%), nerviosismo y/o ansiedad (34%) y cambios de humor (29%).
"El impacto psicosocial de las hipoglucemias es muy significativo en la rutina diaria de los pacientes y repercute, a su vez, en el ámbito laboral. De hecho, las personas que sufren hipoglucemias muy frecuentes y/o impredecibles pueden llegar a cambiar sus hábitos de vida, evitando conducir, quedarse solos a cargo de personas dependientes o practicar ciertos deportes. En ocasiones, tras un solo episodio de hipoglucemia severa el paciente pasa por un periodo prolongado de ansiedad y miedo que le dificulta seguir el tratamiento adecuado para su diabetes, favoreciendo la hiperglucemia mantenida y aumentando el riesgo de complicaciones crónicas", ha zanjado el médico especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Príncipe de Asturias y participante en el estudio, Marta Botella.