MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
La sangre en las heces o los cambios del ritmo intestinal, con y sin dolor abdominal, durante un tiempo prolongado son dos señales de alarma de presencia del cáncer de colon, según ha informado el jefe de Oncología Médica del Instituto de Técnicas Avanzadas contra el Cáncer (iTAcC) de Madrid, Pedro Aramburo, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Colon.
"Es uno de los tumores con mejor pronóstico, puesto que detectado en sus etapas iniciales, podemos llegar a curar el 90 por ciento de los cánceres", ha comentado, para señalar que, a diferencia de otros tumores, no da síntomas pero se puede detectar de forma precoz con una prueba "sencilla e indolora" que el paciente puede hacer en su casa.
Se trata del test de sangre oculta en heces, el cual está indicado para realizarse cada dos años a partir de los 50 años. Si el resultado es positivo, se realiza un estudio más detallado mediante una colonoscopia tradicional o virtual para determinar si el sangrado procede de una lesión maligna.
Ahora bien, el peligro de no diagnosticarlo a tiempo es que puede diseminarse hacia los ganglios y llegar por la sangre al hígado, el pulmón, los huesos y el cerebro. Por todo ello, el doctor ha subrayado la importancia de realizarse una colonoscopia a partir de los 50 años con una periodicidad de entre tres y cinco años. No obstante, ha recomendado adelantar la prueba diez años en caso de antecedentes familiares, ya que la predisposición genética tiende a promover la aparición temprana de este cáncer.
En este sentido, prosigue, también es importante tener en cuenta una serie de factores que pueden favorecer el desarrollo de un tumor colorrectal como, por ejemplo, la edad, dado que la mayor incidencia se produce entre los 65 y los 70 años; los antecedentes familiares; y la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, las cuales elevan la predisposición a sufrir este tipo de cáncer.
"En la mayoría de los casos, el cáncer colorrectal se desencadena a raíz de un pólipo, es decir, una lesión benigna que se maligniza, en gran medida por el estilo de vida (entre un 5 y 10 por ciento de los pólipos). Aunque las lesiones se generan principalmente en el colon, que sufre el 70 por ciento de los tumores, también pueden producirse en el recto. En España, se diagnostican en torno a 28.000 nuevos casos de cáncer colorrectal al año", ha explicado Aramburo.
Asimismo, entre los hábitos de vida saludable que pueden evitar que esos pólipos se conviertan en tumores malignos, el experto ha aconsejado consumir una dieta variada y saludable, rica en frutas, verduras y fibras realizar ejercicio regularmente; mantener un peso equilibrado; abandonar el tabaco; y la ingesta moderada de alcohol.
QUIMIO Y RADIOTERAPIA PARA RESPALDAR LA CIRUGÍA
Por otra parte, y aunque la cirugía es la intervención terapéutica principal, la quimioterapia y la radioterapia son complementos que ayudan a reducir los tumores o a minimizar el impacto de las intervenciones quirúrgicas. La administración de la quimioterapia en el cáncer colorrectal depende de los resultados de la biopsia postquirúrgica.
Se puede suministrar para reducir el riesgo de reicidiva o eliminar la posible enfermedad microscópica, cuando se ha diseminado al hígado en el momento del diagnóstico, se administra antes de la cirugía, ya sea sola, con fármacos biológicos o en combinación con radioterapia y ante metástasis y en etapas avanzadas para frenar su avance.
En cuanto a la radioterapia, el doctor ha mencionado sus beneficios cuando se aplica antes de la cirugía en el cáncer de recto, puesto que ayuda a incrementar de manera considerable las posibilidades de una intervención conservadora, es decir, evita tener que realizar una colostomía permanente en un elevado porcentaje de casos, con mejor calidad de vida para el paciente.