MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
La obesidad, el reflujo gastroesofágico, el síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño, los trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, así como la disfunción de las cuerdas vocales, según se ha puesto de manifiesto en la reunión Asmadrid, organizada por la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid).
"La existencia de comorbilidades, es decir, de enfermedades asociadas al asma, se asocia a un peor control de la enfermedad, especialmente importante en el caso del asma grave", ha señalado la miembro del Grupo de Trabajo de Asma de Neumomadrid, Rocío García.
En este sentido, la ansiedad y la depresión son las alteraciones psicológicas más frecuentes y con mayor prevalencia en pacientes con asma de difícil control. Aunque estos trastornos pueden influir negativamente en el curso de la enfermedad, su prevalencia se encuentra infraestimada, por lo que los expertos han avisado de que controlar la evolución del asma se dificulta si estas comorbilidades asociadas carecen de un diagnóstico y tratamiento al mismo tiempo que la enfermedad.
Por ello, la reunión Asmadrid ha analizado los conocimientos actuales sobre el manejo de las comorbilidades más frecuentes en los pacientes asmáticos, así como su influencia en el pronóstico y evolución de la enfermedad. Para la identificación de las comorbilidades, la doctora García ha hecho hincapié en la importancia del historial clínico, la falta de respuesta a los broncodilatadores o, en ocasiones, de hallazgos en las pruebas de función pulmonar.
Debido a que se trata de una patología presente en pacientes asmáticos y que requiere de un abordaje concreto, durante la reunión los neumólogos también han abordado la importancia de la enfermedad respiratoria exacerbada por ácido acetilsalicílico (EREA). Se trata de reacciones agudas de la vía aérea tras la ingestión de ácido acetilsalicílico o de otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Estas reacciones están presentes en aproximadamente entre el 20 y el 40 por ciento de los pacientes con asma y/o rinosinusitis crónica con poliposis nasal. Finalmente, los expertos han señalado que en la mayoría de los casos, se produce un empeoramiento brusco de los síntomas de asma y/o de la congestión nasal tras la ingesta de un AINE, y pueden llegar a precisar atención urgente. Generalmente ocurre entre 30 minutos y tres horas tras la ingesta de este antiinflamatorio no esteroideo.