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MADRID, 5 May. (Infosalus/EP) -
La necesidad de fomentar la actividad física en niños y adolescentes supone su cada vez mayor participación en deportes individuales y de equipo. Aunque el objetivo principal es mantenerse en forma y disfrutar, en ocasiones se producen lesiones que siguiendo unas recomendaciones básicas pueden evitarse.
Todos los deportes suponen un riesgo de lesión pero en los de equipo y en aquellos con mayor contacto entre los jugadores, como fútbol, baloncesto o balonmano, hay más posibilidades de que se produzca una lesión traumática.
Sin embargo, desde la página web de la Asociación Americana de Pediatría (AAP, según sus siglas en inglés) acentúan que la mayoría de lesiones en atletas jóvenes se deben a un ejercicio excesivo.
Muchas de estas lesiones se producen en ligamentos, tendones y músculos. El exceso de ejercicio también puede producir fracturas por estrés. Además, los especialistas de la AAP señalan que en los menores, las áreas en las que se está produciendo crecimiento óseo tienen un mayor riesgo de lesión precisamente durante las fases rápidas de desarrollo.
En un niño que está creciendo, el dolor localizado sobre un hueso debería ser evaluado por un médico incluso si la inflamación es mínima o se limita al movimiento, añaden los pediatras estadounidenses.
Las lesiones deportivas más frecuentes son torceduras y esguinces que afectan a ligamentos y músculos, así como fracturas óseas por estrés causadas por una presión anormal sobre tendones, articulaciones, huesos y músculos.
Para reducir el riesgo de lesiones los especialistas americanos desde su sitio en Internet (www.aap.org ) aconsejan:
1. Tomar días libres: hay que planificar en el entrenamiento de cualquier deporte al menos un día de descanso a la semana para permitir al cuerpo que se recupere.
2. Utilizar el equipamiento adecuado: los jugadores deberían vestir el equipo protector correcto en función del deporte ya sea casco, rodilleras, codilleras, protección de ojos o dental. Los atletas jóvenes no deben asumir que al utilizar esta protección se pueden realizar actividades más peligrosas o arriesgadas.
3. Fortalecer los músculos: es necesario realizar ejercicios de mantenimiento durante el calentamiento para fortalecer los músculos implicados en el deporte.
4. Aumentar la flexibilidad: los ejercicios de estiramiento antes y después de la práctica deportiva aumentan la flexibilidad y deberían incorporarse en un plan de mantenimiento diario.
5. Utilizar la técnica apropiada: algo que debe ser especialmente reforzado durante la temporada deportiva.
6. Descansar: los periodos de descanso durante el entrenamiento y las pruebas deportivas pueden reducir las lesiones y evitar los golpes de calor.
7. Jugar de forma segura: se debe informar y reforzar el seguimiento de las reglas de juego para evitar los golpes entre los jugadores por acciones antirreglamentarias con, por ejemplo, cabeza, hombro o cadera en los deportes de contacto.
8. Si hay dolor hay que parar: sea durante el entrenamiento o cuando haya comenzado el juego o la actividad deportiva.
9. Evitar las lesiones por calor: para ello hay que beber muchos líquidos antes, durante y después del ejercicio o deporte. Se debe disminuir o dejar de realizar prácticas o competiciones deportivas durante los periodos de mayor calor o humedad y vestir prendas livianas.
10. Cuidar el aspecto emocional: la presión por ganar puede producir estrés emocional en los menores. En el ejercicio y deporte en niños y adolescentes debe evaluarse el esfuerzo, la deportividad y el trabajo duro. Deben ser recompensados por esforzarse y por mejorar sus habilidades en vez de castigados o criticados por perder en un juego o competición.
El objetivo principal de la actividad deportiva para los menores debería ser divertirse y aprender habilidades para la actividad física a lo largo de la vida, concluyen los especialistas de la AAP.