MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
La preparación técnica con un buen entrenador y la utilización de un equipo adecuado a nuestra forma física, son claves a la hora de prevenir tanto el codo de tenista como otras lesiones, según ha señalado el jefe del Servicio de Rehabilitación y Fisioterapia del Hospital Quirónsalud Marbella, Marcos González Sedano.
"El tenis es uno de los deportes más saludables, ya que mejora la resistencia física y, al mismo tiempo, nos ayuda a ganar velocidad, fuerza y mejorar nuestros reflejos, pero debe ser practicado de manera correcta", ha explicado el experto.
El codo de tenista o epicondilosis lateral, se provoca por el exceso de uso y la repetición de los mismos movimientos una y otra vez, lo que provoca una inflamación y posterior degeneración de los tendones que unen los músculos extensores de los dedos y del carpo, los músculos supinadores del antebrazo y el epicóndilo lateral, lo que produce el dolor.
En concreto, se ha descubierto que el codo de tenista se debe, en la mayoría de los casos, al daño en un músculo específico del antebrazo, el extensor radial corto del carpo, que contribuye a la estabilización de la muñeca, en el que debido a la repetición y uso excesivo, se forman desgarros microscópicos, provocando los síntomas.
TRATAMIENTO
La primera intervención de esta patología se enfoca en la protección, disminución de la inflamación y fortalecimiento de los músculos y tendones. "Debido al origen inflamatorio de la lesión, la primera medida para tratarlo será la aplicación de hielo (crioterapia) al inicio de la aparición de síntomas", ha destacado Marcos González.
Así mimo debemos reducir y modificar las actividades que nos causan el dolor y realizar descansos. Además, se puede acompañar el tratamiento con punción seca de los puntos 'trigger' de los músculos del antebrazo.
Una vez desaparecidos los síntomas, la recuperación se debe de completar con ejercicios de readaptación al esfuerzo, incluyendo ejercicios específicos excéntricos y revisar el gesto técnico.
En caso de que la lesión no mejore tras varios meses, habrá que recurrir al tratamiento quirúrgico, una intervención generalmente laparoscópica que liberará una parte de la inserción ósea del tendón.
En cuanto a la prevención, "no hay que olvidar incorporar a nuestros ejercicios aquellos que nos ayuden a desarrollar más la fuerza dinámica y la resistencia muscular en esta zona del brazo, así como el calentamiento previo, fundamentales en la rutina de cualquier deportista", ha concluido Marcos González Sedano.