MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto George de Salud Global de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, han detectado un fuerte vínculo entre la presión arterial alta y el trastorno de la válvula cardiaca más común en los países de altos ingresos. El estudio de 5,5 millones de adultos en Reino Unido durante 10 años, publicado en la revista 'PLOS Medicine', reveló que la presión arterial más alta en la vida temprana se asocia con un riesgo significativamente mayor de insuficiencia mitral en el futuro, una enfermedad que hace que el corazón sea menos eficiente para bombear sangre alrededor del cuerpo y en casos severos puede conducir a insuficiencia cardiaca.
"Nuestra investigación sugiere que este trastorno de la válvula común y discapacitante no es una consecuencia inevitable del envejecimiento, como se suponía anteriormente, sino que puede evitarse", afirma el profesor Kazem Rahimi, autor principal del estudio y subdirector del Instituto George de Reino Unido.
"Dada la gran y creciente carga de la enfermedad valvular mitral, particularmente entre las personas mayores, creemos que estos hallazgos probablemente tengan implicaciones significativas para las políticas y prácticas médicas en todo el mundo", añade.
La regurgitación mitral conduce a un reflujo de sangre hacia el corazón, causando síntomas como dificultad para respirar, cansancio, mareos y dolor en el pecho. Es más común en las personas mayores y puede asociarse con un mayor riesgo de mortalidad. A pesar de los avances significativos en la comprensión de la enfermedad valvular, hasta ahora se ha considerado la insuficiencia mitral en gran parte un trastorno degenerativo, como resultado del debilitamiento de la válvula a lo largo del tiempo a causa del "desgaste".
Esto ha llevado a los médicos a concentrarse en el tratamiento, es decir, la cirugía para reparar o reemplazar la válvula, en lugar de la prevención. El nuevo estudio sugiere que se necesitan más investigaciones para evaluar si la reducción de la presión arterial, a través del ejercicio, la dieta o la disminución de la presión arterial, podría reducir el riesgo de que se produzca el trastorno.
"Con el envejecimiento mundial y el crecimiento de la población, es probable que veamos un número cada vez mayor de casos de esta enfermedad --subraya Rahimi--. Tenemos que encontrar medidas efectivas y económicas para afrontarlo y nuestro estudio sugiere una posible vía para la prevención, mediante la reducción de la presión arterial alta".