Premio Nobel de Medicina 2025: el hallazgo de las células que evitan que el sistema inmunitario nos ataque

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Infosalus
Actualizado: miércoles, 8 octubre 2025 9:00

   MADRID, 8 Oct. (EDIZIONES) -

   El sistema inmunitario no solo nos defiende de virus y bacterias: también nos protege de nosotros mismos. Los científicos Shimon Sakaguchi, Mary Brunkow y Fred Ramsdell han recibido el Premio Nobel de Medicina 2025 por descubrir las células T reguladoras, unas "guardianas" que evitan que nuestras defensas destruyan los propios tejidos del cuerpo.

    Este hallazgo, clave para entender la tolerancia inmunitaria, un mecanismo crucial que impide que el sistema inmunitario ataque los propios tejidos del cuerpo, y que abre la puerta a terapias capaces de controlar enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1, el lupus o la esclerosis múltiple, así como mejorar los resultados de los trasplantes y combatir ciertos tipos de cáncer.

   El sistema inmunitario no es sólo un sistema de defensa. También es un sistema de vigilancia interno. Detecta señales de peligro, patógenos, células tumorales y envejecidas, repara heridas, y elimina trasplantes incompatibles. Todo esto debe hacerlo, pero a la vez, debe ser respetuoso con nuestro organismo, y no destruirlo. "Aquí está el papel de las células T reguladoras, el controlar que no haya autorreactividad frente a nuestros propios tejidos, y sus descubridores han sido merecedores del Premio Nobel de Medicina/Física este 2025", resalta en declaraciones a Europa Press Salud Infosalus África González-Fernández, que es catedrática de Inmunología, e investigadora del CINBIO.

   Estos investigadores permitieron establecer un nuevo modelo de funcionamiento del sistema inmunitario, según prosigue, pero también abrir líneas de investigación en relación con su uso en terapia: "Ya se llevaba tiempo pensando que este descubrimiento merecía el premio Nobel por varios motivos. Hacía años que se intuía que había células con función supresora,pero era difícil identificarlas, no había un marcador o algo que las pudiera diferenciar, hasta que se descubrieron las células T reguladoras, y que ha marcado un hito en conocer mejor el funcionamiento del sistema inmunitario".

QUÉ SON LAS CÉLULAS TREG 'PREMIADAS'

   Explica que las células blancas (leucocitos) de la sangre son muy diversas y tienen distintas funciones: "Unas comen patógenos y células muertas (como los macrófagos), otras son más expertas en eliminar células infectadas por virus o tumorales, otras reparan heridas, y otras son como patrullas de control vecinal". Es más, mantiene que unas células blancas especiales son los 'linfocitos T', con tres subpoblaciones principales:

   ·Hay unos que son los 'T líderes', que van a ayudar a otras células a funcionar, y se llaman 'T cooperadores' o ayudadores (o 'helper', en inglés).

   ·Hay otros que limpian nuestro organismo de células infectadas por virus o que son tumorales, que se llaman 'T citotóxicos'.

   ·Después, se encontraría la patrulla que controla que todo se haga de forma correcta, que no se lesione nuestro cuerpo, y estos son los 'linfocitos T reguladores (Treg)', que son los premiados con el Nobel.

   "Las células T reguladoras tienen una doble función: por una parte, evitan que el sistema inmunitario lesione nuestros órganos directamente, y por otra, paran la activación descontrolada e inflamatoria, que de forma indirecta podría también dañar a nuestro organismo. Estos linfocitos T reguladores son, por tanto, fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Si están disminuidos podemos tener autoinmunidad, y si están exacerbados, una inmunosupresión exagerada", detalla la también autora de 'Inmuno Power: Conoce y fortalece tus defensas'.

UN PASO MÁS ALLÁ, EL GEN FOXP3

   Por su parte, la presidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) Silvia Sánchez Ramón apunta que Sakaguchi es el que descubrió esta población de células que llamamos 'T reguladoras' o 'Treg' y los otros dos investigadores son responsables del descubrimiento del gen 'FoxP3'.

   "Las células reguladoras son unas células blancas del sistema inmunitario implicadas en lo que se llama la 'tolerancia', es decir, que son las guardianas de la integridad del organismo en estado de equilibrio, y las que nos protegen frente a una respuesta excesiva de otras células del sistema inmunitario, implicadas en la defensa, por ejemplo, frente a infecciones", explica esta experta.

   En concreto, la doctora Sánchez Ramón cita que estos tres inmunólogos están relacionados con el descubrimiento de estas células y su función, y el gen más importante que define esa función reguladora, que se llama 'FoxP3'. "Son unas células esenciales, que cuando su función está baja tienen lugar muchas enfermedades autoinmunes. Hay una enfermedad muy rara, la inmunodeficiencia por ausencia de este gen o IPEX (Inmunodysregulation, Polyendocrinopathy, Enteropathy, X-linked en inglés), de herencia asociada al cromosoma X, en la que la ausencia de estas células provoca que los pacientes tengan numerosas enfermedades autoinmunes e inflamatorias, y deban recibir trasplante de progenitores hematopoyéticos", agrega.

   Es más, la presidenta de los inmunólogos españoles recuerda que se trata de unas células esenciales que aumentan su función durante el embarazo, lo que se llama la 'tolerancia materno fetal', y también en algunos casos en el cáncer. "Cosa que intentamos contrarrestar con algunos de medicamentos de puntos de control inmunitario", apostilla.

LA TOLERANCIA INMUNITARIA PERIFÉRICA

   Mientas, Alfredo Corell, catedrático de Inmunología remarca que premian que sus hallazgos "lanzaron el campo" de la tolerancia periférica y ya alimentan ensayos clínicos (p. ej., expansión/ingeniería de Treg en autoinmunidad y trasplante). "Es decir, se está reconociendo un descubrimiento cuando su impacto clínico está más que probado y tiene una gran madurez translacional. Yo, por ejemplo, como profesor universitario de Inmunología llevo más de 20 años explicando en clase las células T reguladoras. Es un conocimiento ampliamente consolidado e incluido en libros de texto hace más de una década", subraya.

   Según prosigue este experto, el sistema inmunitario es una defensa potente que nos protege de infecciones, pero debe distinguir entre agentes externos y nuestro propio organismo. Cuando el sistema inmunitario ataca por error a tejidos propios, surgen enfermedades autoinmunitarias (como la esclerosis múltiple, la diabetes o el lupus, por mencionar algunos ejemplos).

Para evitarlo dice existen mecanismos de control o tolerancia inmunitaria. Uno de ellos ocurre en el timo, que es una pequeña glándula que tenemos por debajo del esternón y encima del corazón- y se denomina tolerancia central. En el timo, los futuros linfocitos T se entrenan y allí se eliminan los que van a resultar autorreactivos.

   "Sin embargo, este filtro no es perfecto y algunas células reactivas escapan, entre otras cosas porque en el timo no tenemos representación de todo lo que tenemos en nuestro cuerpo. Aquí es donde entra en juego la tolerancia inmunitaria periférica, un "segundo nivel" de vigilancia fuera del timo. Los tres galardonados con el Nobel 2025 - Shimon Sakaguchi, Mary E. Brunkow y Fred Ramsdell - descubrieron cómo funciona este segundo nivel y por qué normalmente nuestro sistema inmune no nos ataca", agrega Corell.

   A su juicio, este avance fundamental, que inaugura el campo de la tolerancia inmunitaria periférica, no solo resolvió un misterio básico de la biología, sino que abrió nuevas vías terapéuticas: "Hoy en día se exploran tratamientos que aprovechan este conocimiento: por ejemplo, incrementar la actividad o el número de células T reguladoras en enfermedades autoinmunes, o para evitar rechazos de órganos trasplantados, o bien bloquear las Treg en el cáncer (ya que los tumores a veces las reclutan para evadir al sistema inmune)".

   En definitiva, destaca Corell que el trabajo de estos tres científicos ha sentado las bases para controlar y modificar la respuesta inmunitaria, con el potencial de beneficiar a pacientes de muy diversas patologías.

   De forma más directa, precisa que el conocimiento y uso terapéutico de las Treg ha beneficiado sobre todo a:

   1) El trasplante, especialmente renal, donde las Treg autólogas y las CAR-Treg anti-HLA-A2 (TX200) muestran seguridad y señales de poder reducir inmunosupresión en ensayos tempranos y programas como The ONE Study.

   2) La enfermedad de injerto contra RECEPTOR crónica (cGVHD) tras trasplante hematopoyético, donde la administración de IL-2 a dosis bajas expande las Treg y se asocia a mejoría clínica en pacientes refractarios.

3) A varias enfermedades autoinmunitarias (p. ej., diabetes tipo 1 y lupus), con IL-2 en dosis bajas se aumentan Treg y apuntan a beneficio, como en el caso anterior. Aunque la eficacia definitiva aún se está confirmando en ensayos clínicos muy avanzados.

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