¿Es posible construir la felicidad?

Risas para todos, felicidad, familia
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Actualizado: martes, 1 septiembre 2015 10:39

   MADRID, 1 Sep. (INFOSALUS) -

   Las investigaciones señalan que sólo el 10 por ciento aproximadamente de la variación en la felicidad de la que informan las personas se explica por las diferencias en sus circunstancias vitales. Parece que la mayor parte de lo que determina la felicidad se debe a la personalidad, y más importante, a pensamientos y conductas que pueden cambiarse.

   ORIGEN DE LA FELICIDAD

   Según señalan en la página web de la estadounidense Clínica Mayo aunque podamos pensar, como la mayoría de la gente, que la felicidad procede de nacer rico, con belleza o de vivir sin estrés, la realidad es que las personas que tienen esto no son más felices de media que aquellos que no.

   Las personas que son felices parecen saber de forma intuitiva que su felicidad es la suma de sus opciones de vida y que sus vidas se construyen sobre los siguientes pilares: dedicar su tiempo a familia y amigos, apreciar lo que tienen, mantener un punto de vista optimista, sentir un propósito y vivir el momento.

   CÓMO SER FELIZ

   Los especialistas de la institución médica americana presentan algunos pasos para comenzar a caminar cada día por una senda más feliz:

   * Invierte en tus relaciones

   Estar rodeado de personas que están contentas mejora el estado de ánimo y al estar feliz también aportas algo a los que están a tu alrededor. Los amigos y familiares te ayudan a celebrar los éxitos y te apoyan en los momentos difíciles.

   Aunque es fácil considerar como algo dado a familiares y amigos, estas relaciones necesitan también que las alimentes. Construye tu 'saldo' emocional con palabras y acciones amables. Se cuidadoso y amable con las críticas. Dile a tu gente que aprecias lo que hacen por ti o incluso que estás feliz de que formen parte de tu vida.

   * Expresa gratitud

   La gratitud es más que decir gracias, es fácil no reconocer la buena suerte y a menudo cuando se produce una enfermedad grave o un suceso trágico se aprecia lo bueno de nuestras vidas. No esperes a que suceda algo así, practica la gratitud y cada día identifica al menos una cosa que enriquece tu vida y sustituye los malos pensamientos por los buenos. En vez de 'mi hermana olvidó mi cumpleaños' piensa 'mi hermana siempre ha estado conmigo en los momentos difíciles'. Deja que la gratitud sea el último pensamiento antes de dormir y el primero de la mañana.

   * Cultiva el optimismo

   Desarrolla el hábito de ver el lado positivo de las cosas, aunque es verdad que suceden cosas malas, no debes dejar que oscurezcan toda la visión de tu vida. Si no eres una persona optimista por naturaleza, podría llevarte tiempo cambiar tu pensamiento pesimista. Comienza a reconocer los pensamientos negativos cuando los tengas, da un paso atrás y pregúntate estas cuestiones: ¿Es la situación tan mala como pienso? ¿Hay otro punto de vista que tomar? ¿Qué puedo aprender de esta experiencia para un futuro?

   * Encuentra un propósito

   Las personas que persisten para conseguir un objetivo o completar una misión, ya sea cultivar un jardín, cuidar de los niños o encontrar espiritualidad, son más felices que aquellas que no tienen tales aspiraciones. Tener un objetivo proporciona un sentido de propósito, fomenta la autoestima y une a las personas. El objetivo no es tan importante como lo que signifique para ti el proceso de trabajo hacia su consecución.

   Intenta alinear tus actividades diarias con un significado a largo plazo y propósito para tu vida. Los estudios de investigación sugieren que las relaciones personales proporcionan el significado más fuerte y de más propósito en la vida. Cultiva relaciones con significado. ¿Qué te apasiona y da energías? ¿De qué logros te sientes más orgulloso? ¿Cómo quieres que los demás me recuerden?

   * Vive el momento

  No pospongas la alegría esperando por el día en que tu vida sea menos ajetreada o menos estresante porque ese día quizás no llegue. En vez de ello, mira las oportunidades para saborear los pequeños placeres del día a día. Céntrate en lo positivo del momento presente que vives en vez de habitar en el pasado o preocuparte por el futuro.