La dolencia, asociada a la obesidad a la desnutrición o al consumo excesivo de alcohol, no tiene aún "un tratamiento consensuado"
BILBAO, 5 May. (EUROPA PRESS) -
Entre un 2 y un 5 por ciento de la población padece esteatohepatitis no alcohólica, conocida como NASH, una enfermedad común del hígado que se caracteriza por la acumulación de grasa, acompañada por inflamación y daño hepático, contra la cual es "clave el mantenimiento de una dieta equilibrada y una vida sana", según indicó el profesor José María Mato.
En una rueda de prensa en la que se presentó la última conferencia del ciclo "Nutrición y salud" de la Fundación BBVA, el profesor José María Mato, director general de CIC bioGUNE y CIC biomaGUNE, ex presidente del CSIC (1992-1996) y Premio Nacional en Medicina Gregorio Marañón 2004, afirmó que 150 millones de personas "con estilo de vida occidental tienen el hígado graso", lo que este órgano se haga más grande y adquiere un color blanquecino".
Del total de personas con hígado graso, en unos 15 millones de pacientes, empiezan a aparecer "heridas y cicatrices que pueden provocar que pueden provocar cirroris o cáncer".
Por ello, Mato destacó la importancia que tiene el mantenimiento de una dieta equilibrada y una vida sana con ejercicio físico y ausencia de alcohol, para hacer frente a la enfermedad del hígado graso o esteatohepatitis no alcohólica, más conocida como enfermedad de NASH.
El profesor Mato disertará sobre esta materia en una conferencia, titulada "¿Por qué el hígado se hace graso?", que impartirá hoy en la sede de la Fundación BBVA en Bilbao las 19.30 horas, en el marco del ciclo de conferencias sobre "Nutrición y Salud" organizadas conjuntamente por la Fundación BBVA y CIC bioGUNE.
Además de la vida sana, que según dijo, puede "solucionar 2/3 de los casos de NASH", el director general de CIC bioGUNE, destacó la importancia de la nuevas tecnologías para diagnosticar este tipo de dolencia y aludió a un test diagnóstico centrado en el análisis simultáneo de miles de metabolitos (una técnica conocida como metabolómica), por el que el laboratorio del profesor José María Mato, en colaboración con varios hospitales y la empresa OWL Genomics, ha conseguido distinguir entre la NASH y la esteatosis utilizando una muestra de sangre.
OBESIDAD Y ALCOHOL
Mato aseguró que la enfermedad está asociada a la obesidad y al consumo excesivo de alcohol, o bien a la desnutrición, por lo que se relaciona con "el exceso o la deficiencia en nutrición". El uso crónico de una medicina, como glucocorticoides, estrógenos, ácido salicílico, estatinas, tetraciclina, tamoxifeno, metotrexato, o ácido valproico, también puede producir NASH en algunas personas, aunque la mayoría de las personas que tienen NASH "no lo saben, se sienten bien".
Entre el 10 y el 20 por ciento de la población tiene exceso de grasa en el hígado pero sin presentar inflamación ni daño hepático. En este caso recibe el nombre de esteatosis no alcohólica.
Para distinguir entre la NASH y la esteatosis es necesario realizar una biopsia hepática, un procedimiento que consiste en examinar una pequeña muestra de hígado obtenido con una aguja, una procedimiento caro, "no exento de riesgos y sujeto a error en la toma de la muestra", por lo que el profesor abogó por el sistema diagnóstico basado en el análisis de sangre.
El doctor Mato observó que el metabolismo de la metionina, un nutriente esencial, es deficiente en los pacientes con cirrosis hepática. Estos resultados le llevaron a formular la hipótesis de que el control inadecuado del metabolismo de la metionina podría ser una de las principales causas de enfermedad hepática.
En los años siguientes, investigaciones llevadas a cabo por diversos laboratorios, incluidos el del doctor Mato, confirmaron la hipótesis de que el control deficiente del metabolismo de la metionina produce hígado graso y facilita la aparición de NASH.
Según dijo, aunque "no existe en la actualidad un tratamiento consensuado de la NASH", hay diversas terapias en estudio que tienen como objetivo restaurar el control del metabolismo hepático de la metionina.
Otras terapias en estudio incluyen tratamientos con nutrientes esenciales (como betaina, ácido fólico, lecitina), antioxidantes y medicación antidiabética. En cualquier caso, las personas con NASH deben reducir peso, comer una dieta equilibrada, hacer ejercicio y evitar el consumo de alcohol y de medicinas innecesarias.
Pese a todo, el profesor aseguró que "no está demostrado que el uso indiscriminado de complementos nutricionales tenga efectos positivos sobre la enfermedad del hígado graso sus complicaciones".