MADRID 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
La hepatitis B es una infección que a nivel mundial afecta a aproximadamente 550 millones de personas y la mayoría desconoce que tiene la enfermedad, por esta razón, expertos reunidos en el II Aula Abierta Multidisciplinar en Hepatología, afirmaron que el reto de los hepatólogos es identificar a la población que desconoce que padece la enfermedad.
Ante esta situación insisten en la necesidad de hacer test a los pacientes que tengan factores de riesgo, ya que los pacientes no identificados son un problema de salud pública puesto que pueden contagiar la enfermedad a otros.
Son pacientes, según matiza el médico adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda, de Madrid y Coordinador del II Aula Abierta Multidisciplinar en Hepatología, el doctor José Luis Calleja, que "aunque no tengan alteraciones de la función hepática hay que hacer un seguimiento de los mismos. Estos pacientes no identificados son además un problema de salud pública puesto que pueden contagiar la enfermedad a otros".
Hay zonas de alta prevalencia que tienen cifras de afectación superiores al 8 por ciento de la población, es el caso del África Subsahariana y algunas zonas del sureste asiático. En otros países, la prevalencia es muy baja, menos del 1 por ciento de la población, como Estados Unidos o Canadá.
En España, es intermedia, entre el 1 por ciento y 2 por ciento. Aunque, en este caso hay que tener en cuenta a la población inmigrante procedente de zonas donde la prevalencia de la hepatitis es muy alta e insistir en la importancia de que se les haga un chequeo virológico para conocer su situación.
RESISTENCIA AL TRATAMIENTO
"La hepatitis B es una enfermedad crónica que cuenta con un tratamiento sencillo, un solo comprimido al día", por lo que su cumplimiento es fácil de llevar a cabo y matiza que "las nuevas guías de tratamiento de la Sociedad Europea de Enfermedades del Hígado insisten en tratar a los pacientes con los fármacos que tienen una mayor potencia antiviral y una menor tasa de resistencias", explicó el médico adjunto del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander y Coordinador, el doctor Javier Crespo.
Para el tratamiento de la hepatitis B se utilizan fármacos muy potentes que si se toman de forma adecuada suprimen el virus prácticamente en su totalidad y una vez que se suprime, la posibilidad de desarrollo de una resistencia es muy pequeña.
Sin embargo, "como el virus, aunque le suprimas no desaparece, en el momento que dejas de tomar la medicación vuelve a reactivarse, surgiendo la resistencia al tratamiento". Por lo tanto, el doctor crespo afirmó que "una parte importante de lo que se llaman resistencias primarias, es decir, de no respuesta al primer fármaco, dependen de que el paciente toma inadecuadamente la medicación", aunque "no se disponen de datos de avalen esta teoría".