MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
La prevalencia del trastorno mental grave se sitúa entre el 0,6 y el 1 por ciento de la población en la mayoría de los países europeos y, sin embargo, absorbe el 50 por ciento de los recursos asistenciales en salud mental, según ha informado la psicóloga clínica del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, Isabel Oñoro, durante el curso 'Nuevos enfoques en la rehabilitación psicosocial de la enfermedad grave y duradera', organizado por la Comunidad de Madrid e impartido por profesionales del Centro San Juan de Dios.
Este curso ha tenido como objeto estimular el intercambio de información, opiniones y trabajo con profesionales del área de la salud mental de la Comunidad de Madrid y, además, transmitir nuestro concepto de cuál es la situación actual y las posibles demandas.
El perfil de los pacientes en los que se ha centrado el curso son aquellas personas que padecen una enfermedad mental "grave y duradera" como son la esquizofrenia y todo el espectro de trastornos psicóticos, depresiones resistentes, trastornos bipolares y graves trastornos de personalidad.
En este sentido, Oñoro ha informado de que en las Unidades de Hospitalización, Tratamiento y Rehabilitación (UHTR) muchas de las personas que sufren enfermedades mentales sufren discapacidades psicosociales que se expresan en su autonomía personal y social, en sus relaciones, su integración laboral, en pérdida de redes sociales y en limitaciones en su participación e integración.
"Esto se agrava aún más en las Unidades de Cuidados Psiquiátricos Prolongados (UCPP)", ha apostillado uno de los coordinadores del curso y coordinador de rehabilitación del área de Salud Mental del centro, Juan Jesús Muñoz, para informar de que los usuarios de estos servicios se engloban en dos grandes bloques: aquellos con posibilidades de recuperación y quienes tienen un mayor grado de deterioro, sin recursos de ningún tipo, ni familiares.
Según los datos recogidos en los años 2014 y 2015, de los 26 nuevos ingresos en Unidades de Cuidados Psiquiátricos Prolongados (UCPP), 14 se han reubicado en unidades de rehabilitación con perspectivas de alta, frente a los 12 que han precisado y se considera que precisarán de cuidados y apoyos de forma permanente.
Además, el promedio de años de ingreso en estas unidades está en torno a los 11 años. "Si hablamos del promedio de años que llevan en el centro los usuarios que acaban siendo externalizados, estaríamos en torno a los 8 años. En cuanto al tiempo medio en el dispositivo previo a la externalización, el denominado hogar de entrenamiento intensivo, sería de entre 1 y 3 años", ha recalcado el experto.
EVALUACIÓN A TRAVÉS DE SUS HABILIDADES, NO DE SUS LIMITACIONES
Otro de los aspectos tratados en el curso se ha centrado en la evaluación e intervención en rehabilitación psicosocial. En este sentido, la residente de cuarto año de psicología en el Centro San Juan de Dios, Mónica Quesada, ha destacado que en rehabilitación psicosocial "la evaluación va encaminada a identificar el nivel actual de habilidades de una persona, así como las posibles dificultades para el desarrollo de una vida satisfactoria.
"Es un proceso continuado en el tiempo y permite obtener datos en diferentes contextos con el objeto de hacer una intervención lo más individualizada posible. El gran avance de los últimos años es que se está menos centrado en la sintomatología y se le da más importancia a las capacidades y dificultades de la persona, de tal manera que puedan valorarse sus necesidades, así como los apoyos que habrá que poner en marcha para cubrirlas", ha zanjado.