MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ocho por ciento de la población española padece dolor neuropático si bien este porcentaje aumentará en los próximos años como consecuencia del incremento de la esperanza de vida y del número de cirugías que se realizan, según lo ha asegurado la jefa de la Unidad de Dolor del Hospital de La Princesa de Madrid y miembro del grupo de trabajo del dolor neuropático de la Sociedad Española del Dolor (SED), Concha Pérez, durante el 'Foro dolor neuropático', organizado por la compañía Grünenthal y Europa Press.
Este dolor, que se origina por una alteración del sistema somatosensorial y que afecta especialmente a las mujeres, supone el 25 por ciento de todas dolencias que se ven en los servicios de Atención Primaria y el 50 por ciento en las unidades del dolor. "Con el envejecimiento de la población la prevalencia del dolor neuropático va a aumentar, ya que mucha veces aparece con el desarrollo de las enfermedades neurodegenerativas", ha señalado la doctora.
El hecho de que el 30 por ciento de los pacientes con cáncer sean largos supervivientes es otro de los factores que propiciarán que haya más casos de dolor neuropático, ya que se suele originar tras el tratamiento de quimioterapia. En este punto, la doctora Pérez ha comentado también que esta dolencia suele aparecer tras una cirugía, por lo que el aumento del número de intervenciones quirúrgicas llevará ligado un incremento de los casos.
Ante este escenario, la experta ha destacado la necesidad de fomentar la educación a los pacientes para prevenir la aparición de este dolor y, al mismo tiempo, evitar que se cronifique. Asimismo, ha subrayado la importancia de que se incluya el dolor como materia obligatoria en las facultades de medicina, avisando de que existe una falta de formación entre los profesionales médicos sobre cómo abordar el dolor.
"En cualquier área sanitaria hay enfermos con dolor, entre ellos el neuropático, pero nadie nos obliga a estudiarlo en las universidades", ha señalado la doctora Pérez, para lamentar que no se apliquen correctamente las diferentes estrategias y protocolos para el dolor que existen en España.
De la misma opinión se ha manifestado el enfermero de la Unidad del Dolor de la Clínica Zorrotzaurre de Bilbao, José Manuel Sáez, quien, tras pedir medidas que mejoren el funcionamiento de estos protocolos, ha solicitado que se mejore el acceso de los pacientes a las unidades del dolor porque, en "muchas ocasiones", llegan a esperar entre seis y ocho meses para ser atendidos en estos servicios.
"Hay que elaborar o mejorar los protocolos para que los pacientes no esperen meses para ser atendidos en una unidad. Ahora el paciente puede estar dando vueltas por diferentes especialistas antes de ser diagnosticado y tratado correctamente, a pesar de que en muchas ocasiones su abordaje es muy sencillo y se puede realizar en cualquier contexto", ha añadido el director médico del Hospital La Paz de Madrid, José María Muñoz.
En España, según ha informado el jefe de Unidad del Dolor del Hospital de Bellvitge de Barcelona, Víctor Mayoral, hay unas 300 unidades del dolor, de las cuales 188 se sitúan en la sanidad pública. Una cifra escasa si se tiene en cuenta que se recomienda una unidad por cada millón de habitantes y que sólo hay 10 que están equipadas adecuadamente, ya que la mayoría cuenta con uno o dos facultativos que pasan consulta una vez a la semana y que, incluso, en verano se cierran por falta de personal.
MEJORAR LA COORDINACIÓN ENTRE ATENCIÓN PRIMARIA Y ESPECIALIZADA
Ahora bien, muchos pacientes pueden ser atendidos eficazmente en las consultas de Atención Primaria, tal y como ha asegurado la médico de familia especializada en dolor y responsable del grupo de dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Juana Sánchez.
"Actualmente contamos con herramientas que nos ayudan a sospechar la presencia de un dolor neuropático e, incluso, tratamientos que nos permiten atender eficazmente al paciente, sin necesidad de derivarlos", ha argumentado la doctora, para reconocer también la necesidad de mejorar la coordinación entre los diferentes servicios asistenciales.
Los antidepresivos, opioides y los fármacos neuromoduladores son algunas de las estrategias terapéuticas que se utilizan para tratar a las personas con dolor neuropático, si bien la doctora Sánchez ha avisado de que estos, si no son suministrados de forma adecuada, pueden provocar efectos indeseados a los pacientes.
"Hay dos corrientes médicas, una que es dar lo que funciona mejor y otra suministrar lo que va a hacer menos daño y, por ejemplo, cuando son ancianos o personas que conducen o manejan maquinaria pesada, sin duda la mejor opción es la segunda opción. Lo importante es saber diagnosticar con la mayor precisión para saber a quién le va a ir mejor el tratamiento farmacológico", ha apostillado el doctor Mayoral.
BENEFICIOS DEL TRATAMIENTO TÓPICO
Por ello, una de las terapias que todos los expertos han comentado que es más efectiva es la tópica, las cual la realizan los enfermeros, si bien una vez informado y formado al paciente, es el mismo enfermo el que se lo administra en su casa. No obstante, debe acudir a la consulta de enfermería a los siete días y al cabo del mes para ver qué beneficios ha obtenido.
"Hay dos tratamientos tópicos, la lidocaína y la capsaicina, pero no se los podemos dar a todos, aunque hemos visto que si uno no funciona en un paciente el otro lo normal es que sí lo haga", ha recalcado el jefe de la Unidad del Dolor del Hospital de Bellvitge. En este punto, la doctora Sánchez ha asegurado que en muchas ocasiones la escucha activa por parte del profesional sanitario es "muy terapéutica" y, especialmente, en pacientes que no responden adecuadamente al tratamiento farmacológico.
Finalmente, los doctores han abogado por mejorar la promoción de la salud entre la población; lograr que los pacientes se sienten en la mesa de decisiones de las administraciones públicas; evitar las diferencias en la atención entras las comunidades autónomas e, incluso, entre los hospitales y centros sanitarios de una misma región; mejorar la implicación de todos los actores relacionados con el abordaje del dolor; y aumentar la investigación de nuevos tratamientos que aporten eficacia y seguridad a los pacientes.