MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Alex Tsompanidis, del Centro de Investigación de Autismo de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) presenta una nueva y emocionante idea que sitúa a la placenta en el centro del neurodesarrollo y la evolución humana, desafiando la creencia popular sobre el origen del autismo y la cognición humana.
En concreto, en una entrevista de 'Genomic Press' publicada en Brain Medicine, explica cómo su investigación trasciende las fronteras tradicionales entre la obstetricia y la neurología, revelando cómo las hormonas esteroides prenatales producidas por la placenta pueden influir de manera fundamental en la arquitectura cerebral y contribuir a la neurodiversidad humana.
Su reciente hipótesis, publicada previamente en 'Evolutionary Anthropology', propone que la producción de hormonas placentarias jugó un papel crucial en la evolución de las capacidades cognitivas humanas, una idea que podría replantear fundamentalmente cómo los científicos entienden los orígenes de la inteligencia humana.
LA PLACENTA TIENE POTENCIAL TRANSLACIONAL
La importancia de este trabajo trasciende el ámbito académico. Al destacar la placenta como un factor clave del neurodesarrollo, en lugar de una barrera pasiva, el doctor Tsompanidis y sus colaboradores internacionales han abierto caminos sin precedentes para comprender la neurodiversidad, lo que podría beneficiar a millones de familias en todo el mundo.
"La placenta tiene potencial translacional, ya que está disponible al nacer", explica el doctor Tsompanidis en la entrevista. Su visión abarca protocolos de cribado que podrían implementarse al nacer y acelerar el diagnóstico y el apoyo a niños con diferencias en el desarrollo.
Su investigación actual explora los mecanismos mediante los cuales la placenta y hormonas como la testosterona y los estrógenos configuran los circuitos neuronales en desarrollo. En concreto, un equipo de investigadores internacionales se han unido para estudiar factores biológicos en múltiples niveles de la Biología, desde variantes genéticas hasta vías moleculares, y desde la estructura cerebral hasta los resultados conductuales.
Este enfoque integral revela cómo las complicaciones del embarazo y los trastornos del desarrollo neurológico comparten vínculos biológicos comunes, en particular en lo que respecta a las diferencias sexuales prenatales, lo cual puede ser particularmente relevante para comprender los orígenes del autismo; una afección que afecta, en promedio, a más hombres que mujeres.
NUEVA PERSPECTIVA SOBRE LA FUNCIÓN PLACENTARIA
La dimensión evolutiva de este trabajo aporta una nueva perspectiva, demostrando que las adaptaciones en la función placentaria podrían haber facilitado el desarrollo de los cerebros singularmente grandes e interconectados de la humanidad. Esta intrigante hipótesis vincula las hormonas placentarias con el surgimiento de la cognición, el lenguaje y los comportamientos sociales complejos que definen a nuestra especie.
Las implicaciones se extienden a la comprensión de por qué ciertos patrones de neurodesarrollo persisten en las poblaciones humanas a pesar de los diversos contextos ambientales y culturales.
El doctor Tsompanidis aboga por una mayor inclusión en las iniciativas científicas, destacando en particular las barreras que enfrentan los estudiantes internacionales y la urgente necesidad de ampliar la investigación sobre las afecciones de salud femenina. Destaca cómo afecciones como la endometriosis y el síndrome de ovario poliquístico siguen siendo poco conocidas a pesar de afectar a millones de personas en todo el mundo, y hace un llamado a aunar esfuerzos para empoderar a investigadores de todos los géneros y orígenes para que investiguen estos críticos desafíos de salud.