MADRID, 31 Jul. (EDIZIONES) -
Con la llegada del verano, desgraciadamente aumenta el número de ahogamientos. "Suponen la segunda causa de muerte entre el año y los 19 años y son debidos fundamentalmente a la falta de precaución de los padres, de los propios jóvenes y de las autoridades", lamentan desde la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Según sus datos, en los menores de 5 años, el lugar más frecuente donde se producen ahogamientos son las piscinas privadas o las comunidades privadas para las cuales no existe legislación vigente sobre el adecuado vallado de seguridad, que se ha demostrado puede disminuir las muertes por ahogamiento hasta en un 95%, como sucede en algunos países de la Unión Europea. "No obstante ningún sistema puede reemplazar la vigilancia de los padres o cuidadores del niño o la niña", alertan.
En una entrevista con Infosalus, el pediatra y especialista en cuidados intensivos neonatales, el doctor José María Lloreda, admite en este sentido que existe una falta de conciencia "terrible" sobre la posibilidad de los ahogamientos en los niños que, entre otros puntos, éste es silencioso.
"La falta de conciencia sobre peligro del agua con los niños es muy generalizada. Se piensa que en una piscina un bebé o un niño no se pueden ahogar, pero si un bebé se cae hacia delante, cae hacia el agua, tiene espacio para ahogarse. El problema es que los niños cuando se ahogan no chillan o levantan los brazos, como sí pueden hacer los más mayores. No es tan llamativo el ahogamiento como en el caso de un adulto. Los niños lo hacen en silencio. En dos minutos están ahogados", alerta el experto.
Luego también estaría, en su opinión, el que el que se confía que el niño no va a entrar en la piscina sin los padres, pero como son curiosos, a la par que inocentes, y no saben lo que hacen, es previsible que lo hagan.
Por ello, el doctor Lloreda siempre aconseja la vigilancia constante por parte de un adulto vigilando a los niños en la piscina o en el mar, así como en las pequeñas piscinas hinchables, para detectar por si le pasa algo al menor. "En algunos sitios los adultos se ponen como una especie de chapa o pegatina que durante una hora es una persona la que se encarga de mirar a la piscina, y así se aseguran de que está vigilada, y se delega la responsabilidad de forma que se puede estar más controlado", indica.
También aconseja quitar los juguetes de las piscinas, intentar tener las puertas cerradas de éstas, y por la noche siempre cerrarlas. Sobre el ponerles manguitos o flotador dice que puede ayudar a la hora de que se bañen, si bien alerta de que estos elementos no sustituyen a la vigilancia y pueden ahogarse igualmente, a pesar de llevarlos. "Los sistemas de flotación son importantes pero no sustituyen la vigilancia. Se les pueden caer, o pinchar", afirma Lloreda.
Aquí destaca también que en la bañera de casa tampoco se puede dejar a los niños menores de tres años solos, y menos a cargo de otro menor para que les vigile. También, a su juicio, es fundamental tener nociones de reanimación porque si por desgracia hay un ahogado es fundamental saber reaccionar.
MEDIDAS PARA PREVENIR LOS AHOGAMIENTOS INFANTILES
Con todo ello, desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) plantean las siguientes recomendaciones para prevenir los ahogamientos infantiles:
1.- El cercado completo de las piscinas a lo largo de todo su perímetro, de tal manera que se aísle completamente la piscina del jardín y la vivienda. "Es efectivo en la reducción de los ahogamientos de niños en piscinas", asegura.
2.- El cercado debe incluir todo el perímetro de la piscina, ser lo suficientemente alto para evitar que se pueda trepar y saltar, y la distancia entre el borde inferior del cerco y el suelo ha de ser menor de 10 centímetros, para evitar que los niños se cuelen por debajo del mismo. La puerta de la valla es el componente más importante. El cierre debe ser automático y estar fuera del alcance de los niños (al menos a una altura de 1,34 metros del suelo). El vallado nunca debe impedir la visión de la piscina.
3.- Si se utilizan lonas para cubrir las piscinas, éstas han de ser firmes y cubrir toda su anchura y longitud para evitar que los niños puedan atravesarlas o colarse por los bordes de la piscina y quedar atrapados debajo de la lona sin poder salir.
4.- La profundidad de la piscina debe estar debidamente señalizada a los lados de la misma.
5.- Los padres han de comprobar que la piscina es lo suficientemente profunda antes de permitir que los niños se tiren a la piscina de cabeza. Sin embargo, es mejor recomendar que los niños se tiren de pie.
6.- Los vasos infantiles o de chapoteo también deben estar vallados para impedir que los niños puedan acceder por sí solos. Si son vasos lúdicos o polivalentes, se incorporarán medidas para evitar colisiones.
7.- Los desagües de las piscinas, tanto públicas como privadas, incluidas las de hidromasaje, deben tener dispositivos de seguridad (rejillas o cualquier otro mecanismo) que eviten la succión y el atrapamiento del pelo u otra parte del cuerpo.
8.- Si se utilizan alarmas de piscina (alarmas en el interior para detectar movimiento, alarma perimetral de infrarrojos, entre otros) debe conocerse su funcionamiento correcto, tanto por parte de los propietarios como de los demás usuarios. Esta medida es insuficiente si se emplea como única medida preventiva.