MADRID 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
La psicóloga clínica Elena Borges asegura que el problema principal de los pirómanos reside en la "dificultad enorme" que sufren estas personas "para controlar sus impulsos", algo que les lleva a sentir una necesidad "irrefutable e imperiosa de incendiar espacios libres y ecosistemas".
En declaraciones a Europa Press, Borges añadió en que a esta incapacidad mental se une "la fascinación y el interés que sienten al observar las llamas que ellos mismos han originado".
La psicóloga explicó que además los pirómanos suelen ingerir grandes cantidades de alcohol antes de realizar sus actos incendiarios, debido a que así liberan la tensión que les produce su impulsividad.
Otro de los rasgos que definen a un pirómano es el sentimiento de culpa. "Suelen estar arrepentidos y se siente culpables" tras realizar el acto e, incluso son ellos, los que, muchas veces, "avisan de lo que han hecho".
La experta aseguró que es muy difícil determinar que causa concreta empuja al pirómano a provocar un incendio, pero dijo que la mayoría de las veces es "un fracaso personal el que desencadena el impulso que les lleva a prender fuego".
El tratamiento para esta patología "se hace muy difícil", ya que se trata de individuos que "carecen de voluntad, motivación y casi siempre se mantienen en el anonimato".
Según Borges, se puede trabajar en la prevención y lo importante sería "observar las actitudes del niño en la época de desarrollo de su personalidad, para ver si le atrae el fuego y si no siente ningún miedo ante las llamas".