MADRID 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de California en Riverside (Estados Unidos) ha descubierto que la exposición dérmica a las concentraciones de nicotina presentes en el humo de tercera mano y en los vertidos de los cigarrillos electrónicos puede dañar la piel.
El humo de tercera mano, cuyo componente principal es la nicotina, se crea cuando el humo exhalado y el que emana de la punta de los cigarrillos encendidos se deposita en superficies como la ropa, el pelo, los muebles y los coches. No es estrictamente humo, el humo de tercera mano se refiere a los residuos que deja el tabaco.
Los derrames de cigarrillos electrónicos pueden producirse por productos de cigarrillos electrónicos con fugas o cuando los consumidores y los vendedores mezclan los líquidos para los cigarrillos electrónicos recargables.
"Descubrimos que el contacto dérmico con la nicotina puede perjudicar la cicatrización de las heridas, aumentar la susceptibilidad a las infecciones de la piel debido a una disminución de la respuesta inmunitaria y provocar estrés oxidativo en las células de la piel", explica Giovanna Pozuelos, líder del trabajo, que se ha publicado en la revista científica 'Atmosphere'.
El estudio se realizó con 'EpiDerm', un modelo 3D de la epidermis humana, y con queratinocitos humanos cultivados. Los queratinocitos son células epidérmicas que producen queratina, la proteína que se encuentra en el pelo y las uñas.
Los investigadores expusieron 'EpiDerm' durante 24 horas a diferentes concentraciones de nicotina que se encuentran típicamente en los entornos de humo de tercera mano y en los vertidos de los cigarrillos electrónicos.
A continuación, los investigadores procedieron a identificar los procesos y vías alterados por la exposición. Investigaron el efecto de la nicotina en los orgánulos celulares, las mitocondrias y los peroxisomas, orgánulos que contienen enzimas que participan en muchas reacciones metabólicas.
Según Pozuelos, entre las personas más susceptibles se encuentran los que padecen afecciones cutáneas como úlceras relacionadas con la diabetes o úlceras arteriales.
"El contacto dérmico con los residuos de nicotina puede perjudicar la cicatrización de estas lesiones cutáneas y aumentar la susceptibilidad a las infecciones cutáneas patógenas. Los niños pequeños y los bebés, que tienden a gatear sobre superficies contaminadas o tienen un contacto frecuente con superficies interiores, son especialmente susceptibles de sufrir una exposición dérmica elevada. Los empresarios que trabajan en entornos muy contaminados por humo de tercera mano, como los casinos donde se permite fumar en interiores, pueden estar expuestos durante meses o incluso años", afirma la investigadora.
Afortunadamente, los cambios en las mitocondrias de los queratinocitos humanos expuestos a la nicotina durante 24 horas son reversibles.
"La piel puede recuperarse si se evita la exposición dérmica continua a entornos contaminados con humo de tercera mano y se manipula adecuadamente el e-líquido de los cigarrillos electrónicos. Es importante señalar que una exposición relativamente corta -24 horas en nuestro estudio- es suficiente para causar daños en la piel", explica una de las coautora del trabajo, Prue Talbot.