MADRID, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
En los últimos días, decenas de ejemplares de carabelas portuguesas han llegado a playas de Alicante, Murcia y Málaga. Los investigadores prevén que las condiciones ambientales y la sobrepesca provoquen más avistamientos en las principales zonas turísticas del Mediterráneo.
La picadura de esta especie de medusa es de las más venenosas y dolorosas, y puede provocar fiebre, dolor de cabeza, inflamación local, náuseas, vómitos o nerviosismo. Por eso es muy importante saber cómo pica una medusa y sus métodos de prevención.
Si bien es cierto que es una de las especies más llamativas, su picadura se produce en milésimas de segundo, muy poco tiempo para reaccionar e intentar evitarla. Cada uno de sus largos tentáculos contiene miles de células urticantes que se activan al entrar en contacto físico con la piel humana. Estas células contienen túbulos como arpones que inyectan veneno en la piel, generando dolor, sarpullidos y enrojecimiento.
Todos los organismos que pertenecen a la familia phylum Cnidaria, como las propias medusas, el coral o las anémonas, están equipadas con este tipo de células, que les protegen de los depredadores. Cada una de estas células (cnidoblastos) consiste en una cápsula que contiene: un filamento enrollado acabado en un dardo y potentes toxinas.
Las células urticantes se activan al tener contacto físico con la piel humana, disparando su dardo. Éstos, inyectan su veneno en la piel a través del filamento con una aceleración similar a la de un revólver, generando dolor, sarpullidos y enrojecimiento. Además, en la célula urticante se crea una presión muy alta, de alrededor de 200 atmósferas.