MADRID 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Antes de ser diagnosticados de epilepsia, el 5% de las personas con un tipo de epilepsia llamada epilepsia focal tuvieron un ataque mientras conducían, según un nuevo estudio publicado en la edición online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.
La epilepsia focal representa más de la mitad de todos los casos de epilepsia. Las personas con esta forma de epilepsia sufren crisis recurrentes que afectan a una mitad del cerebro.
"Las crisis epilépticas al volante suponen un riesgo considerable para quienes las padecen y para los demás conductores --afirma el doctor Jacob Pellinen, autor del estudio, de la Universidad de Colorado en Aurora y miembro de la Academia Americana de Neurología--. Aunque la medicación puede hacer posible que algunas personas con epilepsia conduzcan con seguridad, primero deben ser diagnosticadas".
"Nuestro estudio pretendía definir con qué frecuencia se producen ataques mientras se conduce antes de un diagnóstico y cuánto tiempo transcurre hasta que se diagnostica a una persona --prosigue--. Nuestros resultados pueden ayudar a informar sobre cómo diagnosticar antes a las personas, con el objetivo de reducir el número de crisis prediagnósticas en la carretera".
Para el estudio, los investigadores identificaron a 447 personas con epilepsia focal. Los participantes tenían una edad media de 29 años cuando experimentaron su primera crisis.
Los investigadores examinaron los historiales médicos de los participantes antes de que se les diagnosticara epilepsia. Descubrieron que 23 personas, es decir, el 5% de los participantes, habían sufrido una o más crisis mientras conducían, lo que supone un total de 32 crisis mientras conducían antes del diagnóstico.
De las 23 personas, siete, o el 30%, tuvieron más de una crisis mientras conducían antes del diagnóstico. Para seis personas, o el 26%, la crisis mientras conducían era la primera que sufrían.
Las consecuencias de estas crisis al volante incluyeron 19 accidentes de tráfico y 11 hospitalizaciones por lesiones que iban desde una mordedura de lengua y un pulgar dislocado hasta casi un ahogamiento.
Los investigadores descubrieron que el tiempo medio transcurrido entre la primera crisis epiléptica y la crisis al volante era de 304 días. El tiempo medio transcurrido entre la primera crisis al volante y el diagnóstico de epilepsia fue de 64 días.
Las personas que trabajaban tenían un riesgo cuatro veces mayor de sufrir una crisis al volante antes del diagnóstico que las que no trabajaban.
Asimismo, las personas que sufrían crisis no motoras, en las que el movimiento se detiene y la persona se limita a mirar fijamente, tenían un riesgo casi cinco veces mayor de sufrir una crisis mientras conducían antes del diagnóstico que las que sufrían una crisis motora, que puede incluir movimientos espasmódicos sostenidos o músculos que se debilitan o se vuelven rígidos alternativamente.
"Teniendo en cuenta que Estados Unidos tiene una población de algo más de 200 millones de personas de entre 16 y 64 años, y considerando la incidencia anual de la epilepsia, cada año se diagnostica epilepsia a unas 126.180 personas en edad de conducir en el país --subraya Pellinen--. A partir de nuestro estudio, calculamos que cerca de 6.500 personas al año pueden sufrir crisis previas al diagnóstico mientras conducen sólo en Estados Unidos, lo que provoca cerca de 4.000 posibles accidentes de tráfico y más de 2.200 hospitalizaciones. Gran parte de esto podría prevenirse con un diagnóstico más precoz", alerta.