MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro Integral del Cáncer Lineberger de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) han explorado los mecanismos biológicos detrás de la obesidad y su relación con el cáncer. Según sus hallazgos en ratones, aquellos obesos y mayores sufieron un mayor crecimiento tumoral que los obesos y delgados más jóvenes, y también en comparación con los ratones delgados y mayores.
"Los peores tumores, los realmente agresivos y metastásicos, estaban en ratones obesos y mayores. La imagen menos tumorigénica estaba en los ratones jóvenes y delgados", explica Stephen Hursting, uno de los autores de esta serie de estudios, que se han presentado en la Reunión Anual 2019 de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer (ACCR, por sus siglas en inglés).
Los investigadores también encontraron un aumento en la inflamación en ratones mayores, así como en ratones obesos más jóvenes, lo que los llevó a pensar que existen conexiones biológicas que podrían estar impulsando los vínculos entre el cáncer y la obesidad y el envejecimiento.
Otro de los trabajos proporciona información sobre lo que podría estar ayudando a impulsar la resistencia relacionada con la obesidad a ciertos tratamientos de quimioterapia para el cáncer de mama. Los investigadores encontraron evidencia de que la leptina, una señal biológica liberada por el tejido graso que ayuda a regular el apetito al indicar la sensación de saciedad en condiciones normales, podría estar involucrada en la resistencia.
"La leptina es un producto del tejido adiposo que en condiciones normales sirve como sensor de reservas de energía y regulador del apetito. Los niveles de leptina aumentan a medida que aumenta la masa grasa, y las señales que vinculan el apetito con las reservas de energía se desregulan con la obesidad. La pregunta es: ¿tiene toda esta leptina circulante en condiciones de obesidad algún efecto sobre el riesgo o la progresión de las células cancerosas?", explica el investigador.
En sus hallazgos preliminares de estudios de modelos de ratones obesos, los investigadores encontraron que la leptina se relacionaba con un mayor número de células que inician tumores. Se ha demostrado que estas células contribuyen a la iniciación, crecimiento, diseminación en el cuerpo y resistencia a los tratamientos de quimioterapia.
Por otra parte, los investigadores han encontrado que un medicamento antiinflamatorio no esteroide, 'Sulindac', impacta varias vías de señalización celular relacionadas con la función inmunitaria y el potencial metastásico de los tumores de mama. Lo hicieron mezclando el tratamiento con dietas para ratones obesos y no obesos, descubriendo que el tratamiento tenía un impacto positivo en el control de la inmunosupresión y el bloqueo de los efectos pro-metastáticos de la obesidad. Creen que sus hallazgos sugieren que el tratamiento podría ser útil para mejorar los resultados para las pacientes de cáncer de mama.