MADRID 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio sugiere que las personas de los entornos más pobres tienen muchas más probabilidades de desarrollar un trastorno mental en etapas posteriores de la vida que las de orígenes más acomodados, según publican sus autores en línea en el 'Journal of Epidemiology & Community Health'.
Además, más de la mitad de las personas con un bajo nivel educativo a los 30 años tendrán un diagnóstico de trastorno mental 22 años más tarde, según el estudio realizado entre personas de Finlandia.
Estudios anteriores han hallado una relación entre la posición socioeconómica y la incidencia de trastornos mentales, pero rara vez se ha comparado la importancia de las distintas medidas de la posición socioeconómica.
Un equipo de investigadores de Finlandia analizó datos oficiales nacionales de más de 1,2 millones de habitantes nacidos entre 1966 y 1986 que vivían en Finlandia cuando cumplieron 30 años.
Se propusieron investigar la asociación entre la posición socioeconómica a los 30 años y el riesgo posterior de padecer los principales trastornos mentales más comunes: abuso de sustancias, esquizofrenia y trastornos del estado de ánimo y de ansiedad.
Utilizaron tres medidas de la posición socioeconómica basadas en registros, a saber, el nivel educativo, la situación laboral y los ingresos totales personales, teniendo en cuenta también las características familiares compartidas que influyen.
La población del estudio fue seguida entre 1996 y 2017 y algo más de una cuarta parte (26,1%) de ellos (331.657) fueron diagnosticados con un trastorno mental durante el período de seguimiento del estudio.
El análisis de los investigadores mostró que una posición socioeconómica más baja a los 30 años se asociaba sistemáticamente con un mayor riesgo de ser diagnosticado posteriormente con un trastorno mental, incluso después de tener en cuenta las características familiares compartidas y los antecedentes previos de un trastorno mental.
Los análisis de diagnósticos específicos revelaron que las asociaciones eran considerablemente más fuertes cuando se utilizaban como resultado el abuso de sustancias o los trastornos del espectro de la esquizofrenia.
En comparación con las personas empleadas, estar fuera de la población activa o en paro se asociaba con un riesgo dos veces mayor de diagnóstico posterior de trastorno mental.
También descubrieron que, a la edad de 52 años, el 58% de las personas que tenían un bajo nivel educativo a los 30 años fueron diagnosticadas posteriormente de un trastorno mental, en comparación con el 45% y el 36% de las personas que habían completado estudios secundarios o superiores, respectivamente.
Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa pero los investigadores concluyen que "estos resultados sugieren que la carga de los trastornos mentales es enormemente mayor entre las personas de posición socioeconómica baja, y las políticas que mejoran la movilidad social o asignan mayores cantidades de medidas preventivas a las personas de posición socioeconómica baja podrían mitigar la carga de enfermedad de los trastornos mentales en la sociedad".