MADRID 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las personas con un índice de masa corporal (IMC) elevado podrían tener resistencia a la hormona contra la obesidad FNDC5/irisina, la cual es, además de una mioquina secretada por el músculo en respuesta al ejercicio físico, "una adipoquina liberada por el tejido adiposo blanco".
Así lo ha constatado un estudio realizado sobre ratas por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn). Sus expertos han confirmado que esta hormona descubierta hace menos de un año es una proteína que transforma la grasa blanca en parda y que es también segregada "por el tejido adiposo blanco".
Así, y según los hallazgos de los especialistas, la grasa blanca "sería la responsable de los niveles elevados de irisina en casos de índice de IMC alterado, como la obesidad". En ellos "podría existir una resistencia a esta proteína", aseguran.
Este trabajo, que ha sido publicado este mes de abril en la revista científica de difusión internacional 'Plos One', ha tenido en los miembros de este centro, los doctores Felipe Casanueva y María Pardo, a sus directores. Ésta última ha comprobado que los adipocitos humanos procedentes de individuos obesos "son también capaces de secretar esta nueva adipoquina y, probablemente, desempeñen una función endocrina en el organismo".
EL TEJIDO ADIPOSO ES EL RESPONSABLE DE NIVELES ALTOS DE IRISINA
La hipótesis que plantea es que el ratio de secreción de la irisina por el tejido muscular y adiposo "varía en función de la situación fisiológica". Así, el músculo sería el protagonista en el ejercicio físico "ejerciendo un papel beneficioso", mientras que el tejido adiposo blanco sería "el responsable de los niveles elevados de irisina en condiciones de IMC alterados", explica.
Para ella, la conclusión obtenida podría ser "clave" en la lucha contra la obesidad ya que, de constatarse, "se confirmaría que a pesar de que los pacientes obesos secretan mayores cantidades de irisina, su cuerpo no permite que la hormona realice correctamente su función termogénica convirtiendo la grasa blanca en parda".
Por otra parte, los expertos del CIBERobn destacan que, tras el hallazgo de esta proteína en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), un grupo de investigación catalán, dirigido por el doctor Francesc Villarroya, publicó en la revista 'Cell Metabolism' un editorial sobre el importante papel de esta molécula en la lucha contra la obesidad.
En él se aportaron pistas sobre el papel de la grasa marrón y se recogieron ampliamente las funciones y efectos beneficiosos de esta molécula para la salud, frente a problemáticas derivadas del sobrepeso. Tras ello, ahora las investigaciones se centran en "estimular farmacológicamente o mediante nutrientes la actividad de esta molécula para mejorar el tratamiento de los pacientes", concluyen.