Las personas con depresión, más propensas a sufrir dolor de espalda intenso y duradero

Archivo - Hombre con dolor de espalda
Archivo - Hombre con dolor de espalda - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / TOMMASO79 - Archivo
Publicado: jueves, 22 agosto 2024 13:51

   MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Las personas con depresión son más propensas a experimentar dolor de espalda, y este suele ser más intenso y duradero, según ha advertido el profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea Carlos Villarón.

   "La depresión puede afectar la forma en que el cerebro procesa las señales de dolor, haciéndolo más sensible y aumentando la percepción de este", ha señalado. Además, los síntomas de la depresión, como la falta de energía, la desgana y la dificultad para concentrarse, pueden dificultar el manejo del dolor de espalda y la recuperación.

   Otras enfermedades como la ansiedad y el estrés crónico también están relacionadas con un mayor riesgo con las dolencias de espalda. Según Villarón, las personas con ansiedad tienden a tener una respuesta más exagerada al dolor y a preocuparse más por sus síntomas, lo que puede generar un ciclo de dolor, ansiedad y miedo que dificulta la recuperación. Además, los comportamientos ansiosos, como la inquietud y la tensión muscular, pueden empeorar el dolor de espalda.

   Mientras, en el caso del estrés crónico, "cuando el cuerpo está sometido a estrés constante, libera hormonas como el cortisol, que pueden aumentar la inflamación y el dolor muscular", ha explicado. A ello se suma también que el estrés puede afectar el sueño, la alimentación y la actividad física, "lo que a su vez puede empeorar los síntomas del dolor de espalda".

   Al mismo tiempo, el docente de la Universidad Europea ha apuntado que la frustración, la impotencia y la ira por el dolor persistente que provoca el dolor crónico de espalda, "puede tener un impacto negativo en la salud mental de una persona y conducir a síntomas de depresión y ansiedad", en muchos casos potenciados por "el aislamiento social y la dificultad para realizar actividades que antes disfrutaban".

   Por todo ello, para tratar el dolor crónico de espalda y sus efectos sobre la salud mental, el fisioterapeuta ha asegurado que existen diversas terapias, aunque "su efectividad depende directamente de cada sujeto, a cada persona le irá mejor una u otra terapia, aunque si queremos tener una mayor efectividad, deberíamos incluir una combinación de varias".

   Entre estas terapias, destaca la cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a identificar y modificar los pensamientos y comportamientos negativos que pueden estar empeorando el dolor y la angustia emocional. La terapia de relajación, que incluye técnicas como la respiración profunda, la meditación y el yoga, puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo que a su vez puede mejorar el manejo del dolor.

   Además, ha señalado la terapia física con ayuda de un fisioterapeuta que diseñe un programa de ejercicios para fortalecer los músculos de la espalda, mejorar la flexibilidad y la postura, y reducir el dolor. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos antidepresivos o ansiolíticos para ayudar a controlar los síntomas de depresión o ansiedad.

   En cuanto al trabajo del fisioterapeuta especializado en el manejo del dolor crónico y la salud mental, ha recomendado adaptar su enfoque para abordar las necesidades específicas de estos pacientes, lo que implica una evaluación integral que considere los aspectos psicosociales de la persona, que identifique las barreras que puedan dificultar la adherencia al tratamiento, y que establezca objetivos realistas y alcanzables.

   Villarón también ha hecho hincapié en la prevención para poder mejorar la calidad de vida de estas personas, por lo que ha aconsejado algunas estrategias efectivas como intervenciones tempranas para detectar y tratar la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental, terapia psicológica para ayudar a desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables para el estrés y las emociones negativas, y gestión del estrés a través de técnicas como la respiración profunda, la meditación y el yoga.