MADRID, 19 Jul. (EDIZIONES) -
¿Te bronceas o te quemas? La respuesta está en tu melanina (y no sólo en la crema solar). En verano el sol no perdona: picor, manchas en cicatrices, emepora el acné, y pueden crearse quemaduras ante una exposición solar indebida, incluso debajo de la sombrilla.
La doctora Irene Pinilla, del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario de Madrid, aclara cinco claves poco conocidas sobre la exposición solar, durante una entrevista con Europa Press Salud Infosalus, y entre ellas el porqué algunas personas logran un bronceado dorado, mientras otras sólo consiguen rojeces y dolor, o por qué incluso a través de un cristal el sol puede estar dañando tu piel.
Así, esta experta del Servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del citado centro hospitalario explica que todo depende del tipo y de la cantidad de melanina, el pigmento que da color a nuestra piel y que actúa como defensa natural frente al sol: "La 'eumelanina' (marrón oscura) protege mejor la piel, absorbe más radiación UV, y permite broncearse sin quemarse fácilmente; mientras que la 'feomelanina' (rojiza-amarilla) protege mucho menos. Las personas con mayor cantidad de este tipo de melanina (como los pelirrojos) suelen quemarse con facilidad y apenas logran broncearse".
Pero es que también dice que influyen factores genéticos. De hecho, recuerda que los médicos emplean la clasificación Fitzpatrick I-VI, que determina cómo responde cada persona al sol en función de su fototipo de piel. "Aunque algunas pieles se quemen menos, todas deben protegerse del sol para evitar daño celular, envejecimiento prematuro y riesgo de cáncer de piel. Los fototipos de piel más clara (I,II) podrían usar la foto protección oral para reforzar esa protección".
¿SE PUEDE QUEMAR LA PIEL A TRAVÉS DE UN CRISTAL?
Otra de las dudas sobre la que le cuestionamos a la doctora Pinilla es sobre si pueden producirse quemaduras a través de un cristal, o estando en la sombra. Sostiene que, efectivamente, y aunque estemos dentro de casa o bajo la sombra, la piel puede seguir recibiendo radiación ultravioleta (UV) que causa daño.
"A través del cristal se bloquea casi por completo la radiación UVB (la que provoca quemaduras), pero dejan pasar los rayos UVA, que penetran más profundamente en la piel. Estos rayos son responsables del fotoenvejecimiento (arrugas, manchas) y del daño celular a largo plazo", advierte.
En la sombra, aunque no haya sol directo, según prosigue, la luz se refleja en superficies como la arena, el agua, las paredes, o incluso el suelo, alcanzando igualmente la piel. "Esto puede causar quemaduras leves o daño solar acumulativo", remarca.
Es por ello por lo que aconseja esta experta del Hospital Nuestra Señora del Rosario que debemos usar fotoprotector incluso si estamos dentro del coche, en interiores con mucha luz natural, o bien al aire libre, aunque nos encontremos en la sombra.
¿EL SUDOR LIMPIA LOS POROS O EMPEORA EL ACNÉ?
Por otro lado, y en cuanto al sudor, tan frecuente en el verano, le preguntamos a esta especialista si realmente limpia los poros como se piensa o bien puede empeorar el acné como muchos reconocen: "El sudor es una mezcla de agua y de electrolitos, y por sí solo no tiene un efecto limpiador profundo. Tampoco posee propiedades desinfectantes suficientes como para eliminar bacterias o suciedad acumulada. De hecho, al mezclarse con restos de maquillaje, de sebo, y de contaminantes puede crear un ambiente favorable para el crecimiento bacteriano".
Durante la evaporación, el sudor puede arrastrar impurezas hacia los poros, tal y como advierte, contribuyendo además a la formación de comedones (puntos negros/blancos), o de irritación. "Además, durante el ejercicio la piel produce más sebo, lo que puede empeorar el acné si no se realiza una higiene adecuada después. Recomendaría lavar la piel con un limpiador suave después de sudar, aplicar un tónico, y usar productos no comedogénicos. Evitar tocarse la cara con las manos sucias", añade la doctora Pinilla.
¿Y SI NOS PICA LA PIEL DESPUÉS DE TOMAR EL SOL?
Después de exponerse al sol, dice esta especialista del Hospital Nuestra Señora del Rosario, la piel puede volverse más sensible e irritada debido a una inflamación interna que no siempre es visible a simple vista.
"Los rayos UV generan radicales libres y aumentan la inflamación de los tejidos, lo que provoca una mayor sensibilidad a estímulos como el picor. Esto ocurre porque se activan receptores en la piel que responden al dolor y al picor, haciendo que la sensación sea más intensa", afirma. Entonces, y si el picor es muy molesto, la doctora Pinilla recomienda el uso de tratamientos antiinflamatorios tópicos o sistémicos; pero siempre bajo supervisión médica.
POR QUÉ SE OSCURECEN CICATRICES EN VERANO
En último lugar, y otra de las situaciones que viven muchas personas en verano y que quizás desconocen es que sus cicatrices, especialmente las recientes, pueden presentar una mayor vascularización y una mayor producción de colágeno y de melanina, como parte del proceso de reparación del tejido, y se pueden oscurecer tras una exposición solar.
"La exposición al sol estimula aún más la síntesis de melanina, y como la piel en proceso de cicatrización tiene una regulación alterada de la pigmentación, tiende a pigmentarse con mayor facilidad y profundidad que la piel sana circundante", remarca.
Durante el verano, sostiene igualmente que la mayor radiación ultravioleta (UV) incrementa esta producción de melanina, lo que favorece la aparición de hiperpigmentación en las cicatrices: "Factores como la genética y el fototipo de piel también influyen. Las personas con piel más oscura suelen tener una mayor predisposición a este tipo de pigmentaciones. Es muy importante aplicar estrictamente fotoprotección (física o química) sobre las cicatrices durante al menos 6 a 12 meses desde su aparición, para prevenir la hiperpigmentación".