MADRID 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
Ciertos rasgos de la personalidad están asociados con la satisfacción en la vida, y a pesar de los cambios que las personas pueden experimentar en los roles y responsabilidades sociales a lo largo de su vida adulta, esa asociación es estable independientemente de la edad, según una investigación publicada por la Asociación Americana de Psicología en el 'Journal of Personality and Social Psychology'.
"Muchos estudios han demostrado que las personas con determinados perfiles de personalidad están más satisfechas con su vida que otras --explica Gabriel Olaru, coautor del estudio y profesor adjunto de la Universidad de Tilburgo (Países Bajos)--. Sin embargo, no se había estudiado a fondo si esto se mantiene a lo largo de la vida".
"Por ejemplo, las personas extravertidas (es decir, sociables y habladoras) pueden ser especialmente felices en la edad adulta temprana, cuando suelen entablar nuevas relaciones sociales --prosigue--. Por eso queríamos examinar si algunos rasgos de la personalidad son más o menos relevantes para la satisfacción vital, social y laboral en fases concretas de la vida".
Para determinar cómo cambia la relación entre los rasgos de personalidad y la satisfacción con la vida a lo largo del tiempo, los investigadores analizaron los datos recopilados entre 2008 y 2019 por la encuesta de panel Longitudinal Internet Studies for the Social Sciences (LISS), una encuesta representativa a nivel nacional de los hogares en los Países Bajos.
A lo largo de 11 años, 9.110 participantes holandeses con edades comprendidas entre los 16 y los 95 años en el momento de la primera encuesta respondieron a múltiples cuestionarios para evaluar sus rasgos de personalidad de los Cinco Grandes -apertura, concienciación, extraversión, agradabilidad y estabilidad emocional/neuroticismo- y su satisfacción con sus conexiones sociales y su vida en general.
Sólo los 5.928 participantes que tenían trabajo en el momento de la encuesta respondieron también a preguntas sobre su satisfacción con la vida laboral.
Los investigadores descubrieron que la mayoría de las relaciones entre los rasgos de personalidad y la satisfacción se mantenían a lo largo de toda la vida adulta, y que la estabilidad emocional era el rasgo más relacionado con la satisfacción de las personas con su vida, sus relaciones sociales y su carrera profesional.
"Nuestros resultados muestran que, a pesar de las diferencias en los retos de la vida y los roles sociales, los rasgos de personalidad son relevantes para nuestra satisfacción con la vida, el trabajo y los contactos sociales en la edad adulta temprana, media y avanzada", afirma Manon van Scheppingen, doctora, profesora adjunta de la Universidad de Tilburgo y otra de las coautoras del estudio.
"Los rasgos de personalidad siguieron siendo igual de relevantes a lo largo de la vida adulta, o incluso llegaron a estar más interconectados en algunos casos para la satisfacción laboral", explica.
Los investigadores también descubrieron que distintos rasgos de la personalidad estaban relacionados con la satisfacción de las personas con su vida social y profesional, sobre todo la conciencia para la satisfacción laboral, y la extraversión y la amabilidad para la satisfacción social. Las personas que experimentaron un aumento de estos rasgos a lo largo del tiempo también manifestaron un aumento de su satisfacción vital, social y laboral.
La satisfacción con el trabajo fue la más afectada por las diferencias de edad. A medida que los participantes en el estudio envejecían, la relación entre la satisfacción profesional y la estabilidad emocional se intensificaba moderadamente.
A pesar de una correlación más débil entre la apertura y la satisfacción vital en general, los investigadores descubrieron que las personas que aumentaban en apertura también aumentaban en satisfacción vital a lo largo de los 11 años medidos por la encuesta LISS. Según los investigadores, esta relación puede explicarse por procesos indirectos.
"Es probable que la estabilidad emocional esté estrechamente relacionada con la satisfacción global y específica de cada ámbito, ya que este rasgo influye en la visión general del mundo que tienen las personas", afirma Olaru.
"Un buen ejemplo de cómo la personalidad interactúa con el entorno puede encontrarse en el contexto laboral --subraya van Scheppingen--. Una de nuestras conclusiones fue que la relación entre la estabilidad emocional y la satisfacción laboral aumenta con la edad. Esto podría explicarse por el hecho de que las personas emocionalmente estables tienen menos miedo a abandonar trabajos insatisfactorios y son más propensas a solicitar trabajos que supongan un mayor reto y quizá sean más satisfactorios y agradables a largo plazo".
Según los investigadores, los estudios futuros deberían examinar cómo las variables que cambian con la edad, como los ingresos, la situación laboral, el estado civil y la salud, afectan a la relación entre los rasgos de personalidad y la satisfacción general con la vida.
"Aunque no examinamos las causas de estos cambios, la investigación demuestra que nuestra personalidad y nuestra felicidad no son inamovibles --afirma van Scheppingen--. Quizá incluso podamos influir en cómo cambiamos: Si intentamos ser más organizados, extrovertidos, amables, esto podría aumentar también la satisfacción vital, social o laboral".
