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MADRID, 14 Mar. (Infosalus/EP) -
El factor psicológico es una de las bazas más importantes a la hora de conseguir perder peso pero dos estudios ponen el acento sobre cómo influye en el proceso la percepción de los otros sobre nuestro cuerpo y la necesidad de bajar de talla. La consulta del médico y la antesala de un enlace matrimonial desvelan nuevos datos sobre la complejidad de las concepciones sobre adelgazar.
Un trabajo de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (Estados Unidos) concluye que las personas con sobrepeso y obesas que sienten que sus médicos juzgan su talla son más propensas a intentar perder peso pero que a pesar de ello tienen menos éxito.
Los descubrimientos, publicados en la revista 'Preventive Medicine', sugieren que los médicos de atención primaria presentan actitudes negativas que sus pacientes pueden percibir. Esta percepción negativa se presenta como una barrera añadida para que los pacientes con obesidad pierdan un 10% o más de su peso corporal, una cantidad suficiente para reducir los riesgos de presión arterial, colesterol y diabetes.
Los investigadores sospechaban que la generalización de actitudes negativas y el estigma del peso podrían estar limitando la eficacia del consejo de los médicos de atención primaria a estos pacientes.
PESO Y JUICIOS DE VALOR EN LA CONSULTA
Para evaluar esta idea, los investigadores realizaron una encuesta nacional basada en Internet con 600 adultos con un índice de masa corporal de 25 o más que de forma regular veían a sus médicos de atención primaria. Se preguntó a los participantes "En los últimos 12 meses, ¿ha sentido que este médico le juzgaba por su peso?". El 21 por cien de los participantes dijeron haberse sentido juzgados.
"Idealmente, necesitamos hablar sobre la pérdida de peso sin que los pacientes se sientan por ello juzgados. Es una línea muy delgada sobre la que caminar pero si pudiéramos hacerlo con sensibilidad, muchos pacientes se beneficiarían de ello", señala Kimberly A. Gudzune, directora del estudio y profesora auxiliar en la División de Medicina Interna General en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
El hecho de sentirse juzgados por su peso parece que inclinó la balanza hacia el fracaso en mayor medida que entre los que no dijeron percibir una opinión negativa de su médico. De la misma forma, discutir sobre la necesidad de perder peso animó a un mayor número de pacientes a emprender este objetivo y a tener éxito aunque fueron aquellos que no se sintieron juzgados los que tuvieron más éxito en comparación con los que sintieron una apreciación negativa del facultativo.
De forma global, sólo dos terceras partes de los participantes informaron que sus médicos sacaron el tema de la pérdida de peso. La investigadora señala que los médicos podrían necesitar que les enseñaran cómo hablar sobre el tema de forma en la que los pacientes se sintieran comprendidos y apoyados.
"Muchos médicos evitan la conversación porque no quieren hacer sentir a nadie mal, preocupados por crear una brecha con sus pacientes incluso con sólo sacar el tema. Pero eso no es lo mejor para los pacientes en términos de su salud a largo plazo", señala Gudzune.
PERDER PESO ANTES DEL GRAN DÍA
Un estudio dirigido por la Escuela de Medicina de la Universidad de Flinders en Adelaide (Australia del Sur) examinó el cambio de peso asociado a la boda en 343 novias reclutadas en las exposiciones sobre enlaces matrimoniales en Australia del Sur.
Los investigadores, que publican sus resultados en la revista 'Body Image', tomaron medidas demográficas y realizaron preguntas sobre el peso en tres momentos temporales: al entrar en el estudio, un mes antes de la boda y seis meses después de la boda.
Aunque casi la mitad de las novias indicaron un deseo de perder peso antes de sus bodas, los resultados revelaron que su peso medio no cambió a medida que llegaba el gran día. Sin embargo, 6 meses después de su boda, las participantes habían ganado algo más de 2 kilogramos de media.
Además, las mujeres a las que se había dicho que perdieran peso antes de la boda ganaron más peso tras la boda en comparación con las participantes a las que no se les había dicho que bajaran de talla.
Los descubrimientos demuestran que este cambio de peso asociado al enlace matrimonial podría ser un importante factor en la imagen corporal de las recién casadas y que los médicos deberían ser conscientes del posible descontento corporal asociado con el aumento de peso tras la boda.