MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Universidad de Sydney (Australia) ha demostrado que las convulsiones febriles tras haber recibido una vacuna no son peligrosas y que, además, son de corta duración y se resuelven por sí solas.
Las convulsiones febriles son el tipo más común de convulsiones infantiles que afectan aproximadamente a 1 de cada 30 niños menores de seis años. Se asocian con un aumento de la temperatura corporal y con frecuencia son causadas por una enfermedad viral febril como la gripe.
En el estudio, publicado en la revista 'Paediatrics', los científicos analizaron a 1.022 niños en su primera convulsión febril, observando diferencias entre las convulsiones febriles después de la vacunación y otras convulsiones febriles con respecto a la duración de la crisis, el riesgo de tener otra convulsión febril en las primeras 24 horas, la duración de la estancia en el hospital, o la necesidad de medicación para el ataque al alta.
"Se sabe que algunas vacunas están asociadas con un aumento en la tasa de convulsiones febriles en un momento en que hay un pico de fiebre después de la vacunación", han explicado los investigadores australianos.
Y es que, además de no encontrar ninguna diferencia en la gravedad de las convulsiones, hallaron que el 12 por ciento de los niños con convulsiones febriles después de la vacunación tuvieron una infección respiratoria, infección del tracto urinario o gastroenteritis, que podría haber contribuido a la convulsión febril.