MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores del Instituto de Informática de la Universidad de Ámsterdam, junto con un epidemiólogo de la Universidad de Utrecht (ambas en Países Bajos) han descubierto que el patrón de movimiento típico de las personas en los eventos multitudinarios aumenta el riesgo de propagar enfermedades infecciosas.
Sus resultados se han publicado en la revista 'Nature Scientific Reports'. Tras el estallido de la pandemia de Covid-19, los gobiernos de todo el mundo respondieron con medidas de distanciamiento social que incluían la cancelación de eventos que implicaran la reunión de grandes multitudes.
Aunque es intuitivo que los eventos multitudinarios presentan un alto nivel de riesgo para la propagación de una enfermedad infecciosa como la Covid-19, mucho depende de cómo se muevan específicamente las personas en las multitudes. A pesar de la gran cantidad de investigaciones científicas realizadas en las últimas décadas sobre la dinámica de las multitudes y la movilidad humana, se sabe sorprendentemente poco sobre el movimiento humano en el contexto específico de los eventos multitudinarios.
PATRÓN INTERMITENTE
Cuando la pandemia comenzaba, un pequeño grupo de investigadores del Instituto de Informática estaba finalizando sus análisis de los patrones de movimiento de los visitantes a grandes eventos deportivos y de baile en el estadio Johan Cruijff de Ámsterdam.
En dos publicaciones distintas, investigan los patrones de movimiento en términos de espacio y tiempo. La primera de estas dos publicaciones apareció en febrero de 2021 y comparó los movimientos de los individuos en la multitud con los patrones típicos de búsqueda de alimentos que también estaban presentes en los ancestros humanos cazadores-recolectores.
Lo más importante es que descubrieron que los individuos no estaban en constante movimiento. Las personas permanecen en un lugar durante algún tiempo y luego deciden ir a otro, normalmente en un esfuerzo continuo. Esto da lugar a un patrón intermitente de movimiento y descanso que a veces se denomina 'bursty' en la literatura científica. Esta observación sólo se produce cuando se estudian los movimientos de las personas durante lapsos de tiempo más largos, por ejemplo, varias horas.
RIESGOS DE INFECCIÓN
Los investigadores se dieron cuenta de que los patrones de movimiento que habían observado tendrían importantes consecuencias para la propagación de una enfermedad como la Covid-19. Entonces colaboraron con el epidemiólogo teórico Hans Heesterbeek, de la Universidad de Utrecht. En la nueva publicación del equipo reproducen el comportamiento de movimiento observado en los llamados modelos de paseo aleatorio, en los que simulan la propagación de una enfermedad infecciosa. Este segundo estudio apareció en 'Nature Scientific Reports'.
Este nuevo trabajo expone el hecho, quizá contraintuitivo, de que el comportamiento de movimiento intermitente observado presenta un mayor nivel de riesgo en comparación con niveles de movimiento más altos y continuos.
Cabría esperar que cuanto más se mueva la gente y se encuentre con otras personas, más individuos se infecten. Sin embargo, si la infección también necesita tiempo para transmitirse (en lugar de producirse de forma instantánea), el hecho de que las personas se detengan y pasen tiempo cerca de otras aumenta el riesgo de infección.
El primer autor del estudio, el doctorando Philip Rutten, comenta que "esto demuestra que, si la probabilidad de infección depende del tiempo, una multitud que se mueve de forma intermitente pero que se mezcla libremente puede presentar el mayor nivel de riesgo de transmisión". Los investigadores subrayan que este tipo de comportamiento de movimiento de la multitud puede ser común en varios tipos de eventos, como festivales de música, reuniones religiosas y manifestaciones políticas.