MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Entre las mujeres jóvenes sin un diagnóstico de trastorno alimentario, aquellas que usan píldoras de dieta y laxantes para controlar el peso tenían mayores probabilidades de recibir un primer diagnóstico posterior de trastorno alimentario en el plazo de uno a tres años según un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Harvard TH Chan School of Public Health y el Boston Children's Hospital, publicado en el 'American Journal of Public Health (AJPH)'.
"Hemos sabido que las píldoras de dieta y los laxantes cuando se usan para controlar el peso pueden ser sustancias muy dañinas. Queríamos averiguar si estos productos podrían ser un comportamiento de entrada que podría conducir a un diagnóstico de orden de alimentación", explica el autor principal S. Bryn Austin, profesor del Departamento de Ciencias Sociales y del Comportamiento de la Escuela Harvard Chan y director de STRIPED (Iniciativa de capacitación estratégica para la prevención de los trastornos alimentarios).
"Nuestros hallazgos son paralelos a lo que sabemos que es cierto con el tabaco y el alcohol: el consumo de sustancias nocivas puede ayudar a los jóvenes a empeorar los problemas, incluido el trastorno grave por abuso de sustancias" añade.
Los proveedores de atención médica no recomiendan el uso de píldoras de dieta o laxantes de venta libre como una forma saludable de controlar el peso y pueden tener graves consecuencias para la salud, incluida la presión arterial alta y el daño hepático y renal.
Los investigadores analizaron datos de 10.058 mujeres y niñas de 14 a 36 años que participaron en el Estudio Growing Up Today (GUTS), con sede en Estados Unidos, 2001 a 2016.
Descubrieron que entre las participantes sin un trastorno alimentario, el 1,8% de las que usaron píldoras de dieta durante el año pasado informaron haber recibido un primer diagnóstico de trastorno alimentario durante los próximos uno o tres años en comparación con el 1% de las que no usaron los productos.
También encontraron que entre estas participantes, el 4,2% de las que usaron laxantes para el control de peso recibieron un primer diagnóstico posterior de trastorno alimentario en comparación con el 0,8% de las que no usaron estos productos para controlar su peso.
Los investigadores piden, en consecuencia, políticas que restrinjan el acceso a estos productos, incluida la prohibición de la venta de píldoras de dieta a menores. Escriben que el uso de estos productos para el control de peso puede servir como una "puerta de entrada" a prácticas alimentarias más desordenadas al desregular la función digestiva normal y fomentar la dependencia de métodos de afrontamiento poco saludables e ineficaces.
"Nuestros hallazgos son una llamada de atención sobre los graves riesgos de estos productos. Instagram recientemente dio un paso en la dirección correcta al prohibir los anuncios a menores de edad para las píldoras de dieta de venta libre y los tés 'desintoxicantes', que a menudo son laxantes", destaca el primer autor Jordan Levinson, asistente de investigación clínica en División de Medicina del Adolescente del Boston Children's Hospital.
"Es hora de que los minoristas y los responsables políticos tomen en serio los peligros de estos productos y tomen medidas para proteger a los jóvenes", alerta.