MADRID, 26 Sep. (EDIZIONES) -
Recientemente el CDC norteamericano, el principal ente sanitario de Estados Unidos, alertó de que los aerosoles (pequeñas gotas respiratorias de un diámetro inferior a 5 micras) podían suponer la principal vía de transmisión del virus SARS-CoV-2, pero a las horas se retractó. En cambio, desde la OMS siempre han sido muy prudentes con ello. Si bien poco a poco son más y más los investigadores que lo están alertando.
"Hasta la fecha no hay evidencia científica suficiente que pruebe que la transmisión aérea, o los aerosoles, puedan suponer la principal vía de transmisión de la enfermedad", según afirma en una entrevista con Infosalus el doctor José Jonay Ojeda, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, y uno de los portavoces de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), algo que de probarse, "supondría un cambio muy relevante y con un impacto económico mayor" según considera.
Ahora mismo, las formas reconocidas de transmisión de la COVID-19 son las gotas respiratorias o 'gotículas' (de un diámetro de más de 5 micras), el contacto con superficies, y el contacto cercano entre personas (el no guardar la distancia de seguridad de dos metros), según recuerda este especialista. Eso sí, también advierte de que durante esta pandemia se ha cambiado de opinión en varias ocasiones, se van conociendo las cosas poco a poco, todo es nuevo para todos, y así es cómo sucedió con el uso de la mascarilla, ahora obligatoria.
"La evidencia científica cambia con el tiempo y, por ahora, el postulado principal que se maneja sobre la vía principal de transmisión del virus es que, al igual que otros coronavirus, se caracteriza porque se puede transmitir por las gotículas que expulsamos sobre todo cuando hablamos o cantamos, o hacemos algún tipo de actividad, o bien cuando estamos con mocos; no por los aerosoles, teoría con la que se está siendo muy prudente", explica el doctor Ojeda.
En concreto, dice que las gotículas salen del aparato respiratorio y tienen como característica principal que son mayores de 5 micras. "Cuando las emitimos tienen un diámetro suficientemente grande para que no permanecer en el aire, sino que acaban posándose en el suelo o en las superficies de nuestro alrededor, incluida nuestra ropa. Uno la toca con las manos y se la lleva a la cara y se termina contagiando", advierte el miembro de SESPAS.
A esto se le conoce como 'vía de transmisión por contacto', que también puede producirse si esas gotículas caen a una barandilla de la calle, donde puede perdurar el virus unas horas, y nosotros las tocamos y nos llevamos las manos a la cara y nos contagiamos. "Es fácil hacerlo y nos contagiamos de forma indirecta a través del objeto inanimado de esta forma", subraya.
También describe que nos podemos contagiar cuando no guardamos esa distancia de seguridad con la otra persona, y esas gotículas nos llegan directamente a la cara. Por ello, incide en la importancia de mantener la distancia mínima de dos metros con aquellas personas con las que nos relacionemos, así como de usar la mascarilla o el lavado frecuente de manos, porque así evitaremos contagiarnos y el contagiar sin querer a otros, por no guardar las distancias, ser asintomáticos y no saberlo.
UNA FÁCIL TRANSMISIÓN EN LUGARES CERRADOS
En esta línea, el doctor Ojeda resalta que sí que está contrastado que este virus tiene una muy fácil transmisión en los espacios cerrados con muchas personas, mucha aglomeración, y poca distancia física entre personas.
En concreto, la teoría de que el SARS-CoV-2 podría transmitirse a través de la vía aérea, por los aerosoles, consiste en que ésta tendría lugar cuando esos patógenos se encuentran en gotas respiratorias con un diámetro inferior a las 5 micras, lo que se conocen como 'aerosoles', algo que les confiere la capacidad de quedarse suspendidos en el aire durante horas.
"Esas gotas son lo suficientemente pequeñas como para poder quedarse suspendidas en el aire, aunque faltaría evidencia científica para poder afirmarlo, y de ahí la polémica que se está teniendo. La OMS ha dicho que podría haber transmisión por aerosoles, o transmisión aérea, en espacios cerrados, aunque no está suficientemente comprobado. Y el otro día el CDC lo dijo, pero después se retractó", sostiene.
Por el momento se conoce que las enfermedades que se transmiten por vía aérea, por aerosoles, son el sarampión, la tuberculosis o la varicela. "De existir esta posibilidad con el SARS-CoV-2, habría que tomar medidas de prevención adicionales dirigidas a poner más barreras", afirma el especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
Según cuenta, en los hospitales hay habitaciones de presión negativa, o en los laboratorios de alta seguridad donde se prueban este tipo de virus, el sistema de ventilación está especialmente diseñado para que si uno abre la puerta no salga ese aire, donde puede estar el virus suspendido.
"De ser esta teoría cierta, supondría un cambio muy importante a la hora de plantear cómo las personas se pueden mover en los espacios cerrados. Todo esto, además, tendría un mayor impacto económico del que tenemos ahora. Ahora se reducen los aforos dentro del bar, pero no se restringe su actividad, que sí habría que hacerlo en caso de que se demostrara la teoría de los aerosoles. Sería un cambio muy relevante y con un impacto económico mayor", destaca el experto.
Aquí resalta el principio de precaución en la medicina preventiva, de ahí que la OMS sea prudente con la teoría, y el CDC se retractara de su afirmación a las horas. "Con todo ello, el mensaje que debe seguir primando es que el virus no discrimina sobre las personas, el mayor riesgo tiene que ver con la cercanía, más si no hay barreras. Las terrazas son espacios abiertos donde el riesgo de transmisión aérea es menor, pero si estás comiendo y bebiendo te quitas la mascarilla, y hay muchas posibilidades de contagiar a la otra persona porque no nos solemos poner a dos metros el uno del otro", alerta el doctor Ojeda.
Por eso, insiste en que tenemos que tener mucho cuidado en las distancias cortas, y en las relaciones, donde en muchas ocasiones bajamos la guardia y dejamos de usar la mascarilla, y sin quererlo podemos contagiar a otros. "Es un virus que nos está haciendo ser poco sociables. La pandemia puede durar hasta años y esto es una carrera de fondo y no sabemos hasta cuándo tendremos que aplicar estas medidas", mantiene.
Ahora que empieza el otoño-invierno, que va a ser más difícil estar en un espacio abierto, a su juicio tendremos que acostumbrarnos a estar más en casa, y menos en casa de amigos, porque el riesgo existe sobre todo en lugares cerrados y donde no respetamos la distancia seguridad. "En invierno nuestras costumbres sociales cambian y tendremos menos posibilidades de estar en espacios abiertos, independientemente de cuál sea la forma de transmisión del virus", sentencia el portavoz de la Española de Salud Pública y Administración Sanitaria.