MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
Los partos por cesárea no están relacionados con un mayor riesgo de alergia alimentaria durante el primer año de vida, según un nuevo estudio dirigido por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI), en Australia, y publicado en el 'Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice'.
La investigación ha descubierto que el parto por cesárea, con o sin trabajo de parto, o electivo o de urgencia, en comparación con el parto vaginal, no influye en la probabilidad de sufrir alergias alimentarias a los 12 meses de edad.
La profesora asociada de Murdoch Children's, Rachel Peters, apunta que la asociación entre el modo de parto y el riesgo de alergia a los alimentos no estaba clara antes de este estudio, debido a la falta de estudios que vinculen los resultados precisos de la prueba de alimentos con información detallada sobre el tipo de parto por cesárea.
En el trabajo participaron 2.045 bebés del estudio HealthNuts, con datos vinculados a la Victorian Perinatal Data Collection para obtener información detallada sobre los factores del nacimiento.
El estudio descubrió que del 30% de los nacidos por cesárea, el 12,7% tenía una alergia alimentaria, en comparación con el 13,2% de los nacidos por vía vaginal.
"No encontramos diferencias significativas en la alergia a los alimentos en los bebés nacidos por cesárea en comparación con los nacidos por vía vaginal --subraya--. Además, no hubo diferencias en la probabilidad de alergia alimentaria si la cesárea se realizó antes o después del inicio del parto, o si fue una cesárea de emergencia o electiva".
Según señala, se pensaba que una posible relación entre el parto por cesárea y la alergia podría reflejar diferencias en la exposición microbiana temprana (bacterias de la vagina de la madre) durante el parto.
"El sistema inmunitario del bebé se desarrolla rápidamente durante el periodo neonatal --explica--. El modo de parto puede interferir en el desarrollo normal del sistema inmunitario. Los bebés que nacen por cesárea están menos expuestos a las bacterias del intestino y la vagina de la madre, lo que influye en la composición del microbioma del bebé y en el desarrollo del sistema inmunitario. Sin embargo, esto no parece desempeñar un papel importante en el desarrollo de la alergia alimentaria", añade.
La profesora asociada Peters afirma que los hallazgos ayudarán a los cuidadores a evaluar los riesgos y beneficios del parto por cesárea y a tranquilizar a las madres que requieran este tipo de intervenciones, ya que hay pocas pruebas de que su bebé corra un mayor riesgo de sufrir alergias alimentarias.
Australia tiene las tasas más altas del mundo de alergias alimentarias en la infancia, ya que aproximadamente uno de cada 10 bebés y uno de cada 20 niños mayores de cinco años padecen una alergia alimentaria.
Los resultados se producen cuando una nueva investigación, dirigida por el Murdoch Children's, ha descubierto que el 30% de las alergias a los cacahuetes y el 90% de las alergias al huevo se resuelven de forma natural a los seis años de edad.
Así, la profesora asociada Peters resalta que las tasas de resolución son una gran noticia para las familias y que son incluso un poco más altas de lo que se pensaba anteriormente.
Los resultados revelan que los bebés con eczemas graves y alergias múltiples de aparición temprana tienen menos probabilidades de superar sus alergias al huevo y al cacahuete. Según la experta, estos bebés deberían ser objeto de ensayos de intervención temprana que evalúen nuevos tratamientos para la alergia a los alimentos, como la inmunoterapia oral.
"Dar prioridad a la investigación de estas y futuras intervenciones para los bebés con menos probabilidades de superar su alergia de forma natural supondría el mayor beneficio para los recursos sanitarios y la financiación de la investigación", afirma.